La reciente renuncia de Chrystia Freeland, vice primera ministra y ministra de Finanzas de Canadá, ha sacudido los cimientos del gobierno de Justin Trudeau.
Anunciada el 16 de diciembre de 2024, su dimisión se produce en un momento crítico, justo cuando el primer ministro enfrenta crecientes desafíos tanto internos como externos.
Freeland, una figura clave en el gabinete desde 2015, decidió dar un paso al lado tras expresar desacuerdos sobre la estrategia del gobierno frente a las amenazas arancelarias del presidente electo estadounidense, Donald Trump. Este último planea imponer aranceles del 25% a las importaciones canadienses, lo que ha generado gran preocupación en el país. En su carta de renuncia, Freeland mencionó una falta de confianza con Trudeau y afirmó que "el único camino honesto y viable es renunciar".
Líderes de la oposición, como Pierre Poilievre del Partido Conservador y Jagmeet Singh del Nuevo Partido Democrático (NDP), han aprovechado la oportunidad para exigir elecciones anticipadas. Singh fue directo al afirmar que "el gobierno del señor Trudeau ha terminado", reflejando el descontento creciente entre los ciudadanos.
Trudeau, aún sin un comentario formal sobre la renuncia, ha actuado rápidamente al nombrar a Dominic LeBlanc como nuevo ministro de Finanzas. Sin embargo, este cambio no elimina la presión que enfrenta el gobierno liberal, especialmente considerando la necesidad de mantener el apoyo del NDP para evitar una crisis parlamentaria.