El documental ‘Juan Carlos: amor, traición y dinero’ es explosivo. Revela, por ejemplo, los engaños de la examante del rey, la trama de los 65 millones de euros y detalles íntimos de la amistad entre Philip Adkins y el rey.
El Político
Vale recordar que Juan Carlos I no solo inició su relación sentimental con Corinna, sino que también comenzó una relación paralela de intensa amistad con el primer esposo de esta, que se ha mantenido con el paso de los años.
El empresario británico Philip Adkins es uno de los mejores amigos de Juan Carlos I. Adkins es también el primer esposo de Corinna Larsen, la examante del emérito. Corinna y Philip tuvieron una hija en 1993, de nombre Nastassia.
Ambos son también protagonistas del documental que Sky y NBC Universal Global Distribution han producido sobre los secretos financieros y personales del monarca y que ya se puede ver en la plataforma SkyShowtime en toda Europa, menos en el Reino Unido.
Se trata de un exmatrimonio, no muy bien avenido, que ha decidido participar en este proyecto con intereses enfrentados. Porque Corinna mantiene una denuncia por acoso en Londres contra Juan Carlos I y su ex es uno de los mejores amigos del monarca español.
La serie consta de cuatro capítulos y se titula ‘Juan Carlos: amor, traición y dinero’, reportó Infobae.
Panorama general
Philip, al igual que Corinna, quiso participar en el documental y protagoniza uno de los momentos más surrealistas de la serie.
El empresario británico aprovecha la oportunidad para saldar cuentas con Corinna. Relata, por ejemplo, cómo fue su divorcio.
“Corinna tenía un gran interés por el dinero (…) me sorprendió cuando me demandó por nuestro divorcio. Yo estaba en un hotel esperando al servicio de habitaciones. Golpearon la puerta a las ocho de la mañana y pensé que llegaba el desayuno. Pero era un abogado. Lo que me servía eran los papeles del divorcio. Me quedé frío".
Luego de eso le preguntó a Corinna después qué quería. "Dame un millón de libras esterlinas’, me dijo. Cobró el cheque y despegó”.
Adkins también habla en el documental de los 65 millones de euros que la monarquía saudí regaló a Juan Carlos I en el año 2008.
El emérito donó ese dinero cuatro años después a Corinna, cuando el banco suizo donde guardaba su fortuna comunicó a los gestores del monarca que los fondos debían abandonar la entidad.
El banco Mirabaud no quería seguir formando parte de un entramado que rozaba el blanqueo de capitales.
Entre líneas
Al empresario británico parece no haberle importado la infidelidad de su exesposa con su nuevo mejor amigo. Por el contrario, solo se muestra preocupado por el destino de los 65 millones de euros.
Según Adkins, hubo un acuerdo entre Corinna y el rey. Y fue la empresaria la que “tuvo la idea de que podía ayudar y que se podía crear una estructura financiera para proteger el capital del rey, como si fuese una herencia para futuros gastos de la Casa de Su Majestad el Rey”.
¿Qué pasó con el dinero? “Los hechos son que ella se terminó llevando la plata. Y los hechos son que le había prometido al rey que la mitad de la suma [32,5 millones de euros] sería para él. Este fue el acuerdo que ella propuso”.
Si fue así, no se cumplió. Porque Corinna nunca devolvió el dinero que le había donado Juan Carlos I, al que además ha acusado de extorsionarla y amenazarla por no reintegrarle los millones.
Momento estelar del documental
Uno de los momentos estelares del documental es cuando Adkins, para demostrar a los entrevistadores su afinidad con el monarca, agarra su teléfono y cuando le están grabando llama a Juan Carlos I.
Este le responde desde Abu Dabi. Adkins le explica lo que está haciendo. Juan Carlos I le responde con unas risas. “Ya sabes cómo son estos alemanes”, le dice Adkins. Un doble mensaje.
El documental es obra de la prestigiosa productora alemana Gebrueder Beetz y Corinna nació en Frankfurt.
Juan Carlos I quiso grabar a su amante Corinna
El 15 de marzo de 2019, Juan Carlos I y Corinna Larsen almorzaron juntos en Londres. El ya emérito había forzado el encuentro. Ambos habían mantenido una relación sentimental durante años, pero en esos momentos su amor ya se había roto.
El objetivo del monarca era grabar a la mujer con la que había compartido muchos de sus secretos sin que ella lo supiera, con un micro oculto en la solapa de su chaqueta.
¿Por qué? Días antes, el 5 de marzo, los abogados de Corinna, del despacho estadounidense Kobre & Kim, habían enviado una carta al jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, para pedirle a Felipe VI que pusiera fin a la campaña de acoso a la que, según ella, estaba sometiéndola su padre
En un tono protocolario pero contundente, los abogados de Corinna culparon a la Zarzuela de filtrar noticias que la perjudicaban.
Según Corinna, esa supuesta campaña de difamación contra ella había comenzado después de que el emérito le transfiriera los 65 millones de euros que Juan Carlos I ocultaba en Suiza a través de una sociedad instrumental panameña.
El rey se vio obligado a este movimiento después de que el banco que albergaba su fortuna secreta le comunicara que debía de dejar de ser su cliente.
El objetivo de Juan Carlos I era que su antigua pareja actuara como su fiduciaria durante unos meses, igual que habían hecho otras personas de su confianza en el pasado.
Al menos, hasta que encontrara un lugar seguro en el que alojar definitivamente sus millones. Corinna aceptó guardar el dinero, pero no de manera provisional. Exigió que la entrega quedara perfectamente protocolarizada como una donación para que nadie pudiera acusarla de blanqueo de capitales o fraude a Hacienda.
El problema es que la relación sentimental de Juan Carlos I y Corinna ya había terminado, y aunque mantenían una extraña amistad, empezaron a surgir verdaderas diferencias entre ellos cuando el rey abdicó en 2014 y quiso volver a controlar los fondos que había donado a su exnovia.
Él empezó a pedirle a ella que pagara en secreto sus gastos personales con los 65 millones de euros. Al principio, Corinna transigió. Pero pasado un tiempo, se negó.
En la carta remitida por los abogados de Corinna a Zarzuela, ésta afirmaba que su negativa a seguir pagando los gastos de Juan Carlos I había desatado una campaña de espionaje y hostigamiento que atribuía el rey emérito y al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los servicios de espionaje español.
Pánico en la Casa Real
La carta desató el pánico en la Casa Real. El daño sería irreversible si Corinna hacía pública la carta de sus abogados o compartía su contenido con otras personas.
La Zarzuela y el CNI acordaron entonces que Juan Carlos I se desplazara a Londres para convencer a Corinna de que no aireara información comprometida. Con un plan disparatado.
El emérito tenía que reunirse con Corinna de manera urgente para tratar de obtener una prueba incuestionable de que su antigua amante solo buscaba una enorme suma de dinero por mantener la boca cerrada.
Obtener pruebas para poder chantajear a Corinna en el futuro si decidía no respetar un pacto de silencio.
Punto de inflexión para la imagen de Juan Carlos I
Adkins, por ejemplo, fue uno de los invitados al famoso safari de Botsuana en 2012, la escapada secreta del rey que acabó en escándalo mayúsculo cuando el monarca se cayó, se rompió la cadera y tuvo que ser trasladado de urgencia de vuelta a España para ser operado.
Aquel safari supuso un punto de inflexión para la imagen de Juan Carlos I. Toda la opinión pública española se enteró de que su Jefe de Estado estaba con una amante secreta a 6.000 kilómetros de distancia cazando safaris con todo tipo de lujos.
El vínculo con Adkins prosiguió incluso después de que la relación entre Corinna y Juan Carlos I entrara en barrena.
Philip y Juan Carlos lo mismo se iban juntos de viaje a Los Ángeles para pasar las Navidades, como hicieron en el año 2015, que acudían en pareja a una corrida de toros en Las Ventas.
Incluso crearon un grupo de chat de WhatsApp que fue bautizado como ‘The Pride’ con los dos hijos de Corinna, Nastassia (fruto de su primer matrimonio con Philip) y Alexander (hijo de su segundo matrimonio con Casimir zu Sayn-Wittgenstein).
‘The Pride’ no solo significa orgullo en inglés, también manada de leones, el animal heráldico en el escudo familiar de los Sayn-Wittgenstein.
En conclusión
Las aclaraciones del amigo de Juan Carlos I dan lugar a una interesante pregunta: ¿por qué si se trataba de un regalo del rey saudí -el llamado ‘pure gift’, un regalo sin contrapartidas- tenía Juan Carlos I que compartir con Corinna la mitad, nada menos que 32,4 millones de euros?
¿O es que Corinna había tenido alguna intervención para que el rey saudí hiciese ese regalo? Porque si se trataba, como sostuvo Juan Carlos I, ante los ejecutivos del banco Mirabaud, de un regalo “entre hermanos”, ¿que pintaba Corinna?
El rompecabezas de los 64,8 millones de euros se parece cada vez más a un cubo de Rubik. En esta transferencia financiera los colores han sido sustituidos por las mentiras de todos los participantes.