"Los voy a dejar sin plata, los voy a fundir a todos". Esta frase, pronunciada por el Presidente de la República Argentina, Javier Milei, refiriéndose a los pedidos de algunos gobernadores provinciales del país, marcó la salida del gobierno del, ahora, ex Ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro.
Por Poder & Dinero
El funcionario fue sindicado como el responsable de la filtración de estas duras expresiones de Milei durante una reunión reservada del gabinete nacional, que fueron muy mal recibidas por los mandatarios de las provincias cuyo apoyo es fundamental para conseguir la aprobación de la denominada "Ley Omnibus", que el oficialismo no conseguido que sea tratada por la Cámara de Diputados de la Nación hasta el momento. Esta ley contiene la mayoría de las reformas que Javier Milei pretende llevar a cabo, y si bien ha obtenido un dictamen de mayoría en comisiones como condición a su tratamiento previo en el recinto de Diputados, el oficialismo tuvo que acceder a realizar varias modificaciones al texto original. Así y todo, muchos de quienes firmaron el dictamen lo hicieron en disidencia lo que hace que el apoyo no sea todo rotundo que el gobierno hubiera deseado y no garantiza su aprobación por el pleno del cuerpo legislativo.
Ahora se agrega un nuevo foco de tensión motivado por las declaraciones de Milei. El Gobernador de la Provincia de Río Negro, Alberto Weretilneck, reclamó al gobierno que "se dejen de amenazar, de apretar, y llamen al diálogo para resolver entre todos los graves problemas que enfrenta Argentina". El Presidente Milei viene sosteniendo enfrentamientos constantes contra distintos sectores de la sociedad argentina a los que considera como "privilegiados". Uno de los más recientes ha sido con el actor y productor Adrián Suar, quien criticó fuertemente la política cultural del actual gobierno y fue respaldado por una solicitada con la firma de figuras destacadas del cine, teatro y televisión. También tuvo que enfrentar una multitudinaria movilización con paro de actividades organizada por la Confederación General del Trabajo, la organización sindical más poderosa de Argentina, y también algunos de sus funcionarios han mantenido cruces con figuras políticas que apoyan, con reservas, al actual gobierno, como Miguel Angel Pichetto, Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires. Este legendario político de extracción peronista, que fue candidato a vicepresidente de la Nación en 2019 acompañando a Mauricio Macri, decidió abandonar el bloque de legisladores aliados a Juntos para el Cambio (una coalición formada por la Unión Cívica Radical, el PRO macrista y la Coalición Cívica de Elisa Carrió) acompañado por una decena de diputados para formar una bancada separada que se denominará Cambio Federal. Pichetto acaba de mantener un acalorado cruce con el Ministro de Economía, Luis Caputo, a quien le reclamó por su ausencia en el Congreso Nacional para explicar las reformas que su área impulsa a través de la demorada "Ley Milei". Caputo respondió, de manera muy poco feliz, que ¿"no había concurrido porque tenía cosas más importantes que hacer"?
Pero esto no es todo. Tras el paro y movilización de la CGT, Milei también despidió a toda la cúpula del organismo que regula en Argentina el funcionamiento de las obras sociales que realizan prestaciones vinculadas a la salud y atención médica, muchas de las cuales pertenecen a los mismos sindicatos que integran la central obrera. Enrique Rodríguez Chiantore, uno de los funcionarios desplazados, de perfil técnico y dialoguista declaró: "Nunca ví algo así", refiriéndose a la "energía" con que fueron decididos los despidos, sin ningún tipo de aviso previo.
La contracara del despido de Rodríguez Chiantore es el nombramiento de su sucesor. Las empresas de medicina prepaga son grandes ganadoras de las medidas tomadas por Milei. ¡Cuidado! ¡Las empresas, no sus afiliados! Las cuotas mensuales tendrán un aumento superior al 80% sobre los valores del mes de Diciembre a partir del 1 de Febrero (teniendo en cuenta el incremento de Enero que en promedio fue del 50%), y compiten fuertemente con las obras sociales sindicales. O sea, bastante privilegiadas con respecto a los sufridos argentinos que día a día ven como se licuan sus ingresos, muchos de los cuales deberán renunciar a los servicios de la medicina privada para caer en el abandono de los hospitales públicos.
Gabriel Oriolo fue designado como Superintendente de Salud, lo cual no sería un dato político si no fuera por dos razones:
1. El desplazado Rodríguez Chiantore es un hombre muy cercano a Patricia Bullrich, que desde el gobierno de Fernando De la Rúa mantiene un enfrentamiento abierto con los líderes del sindicalismo argentino.
2. Oriolo proviene, justamente, del sector que ha sido más beneficiado/privilegiado por el actual gobierno ya que hasta su nombramiento se desempeñaba como Director de la Obra Social de Ejecutivos y Personal de Dirección de Empresas (más conocida como OSDE). Algo así como "poner al zorro a cuidar el gallinero".
Muchos analistas se preguntan si esta política de confrontación forma parte de una estrategia de Javier Milei para dividir a sus opositores, declarados o no, propios y ajenos, para compensar la falta de una representación legislativa mayoritaria propia. La fragmentación le permitiría negociar con bloques opositores más pequeños aumentando sus posibilidades de llegar a acuerdos que le sumen apoyos. Otros consideran que se trata de una confirmación de los rasgos predominantes de la personalidad del presidente argentino quien parece considerar que negociar es un síntoma de debilidad o inferioridad. Algo que no está dispuesto a aceptar. Pero todos coinciden que, se trate de lo que se trate, existe un auditorio que está empezando a cansarse de esta puesta en escena de la política, formado por millones de argentinos que durante los próximos meses se volverán más y más exigentes hacia el actual gobierno.