Tras el revocatorio convocado por la oposición para destituir del poder al fallecido presidente Hugo Chávez, el Gobierno bolivariano trabajó arduamente para obtener los datos de los ciudadanos que habían firmado entonces, lo que al poco tiempo se convirtió en un controversial caso de discriminación política.
El Cooperante
De acuerdo con una investigación del Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS Venezuela), los resultados obtenidos tras la creación de la Lista Tascón, sustentada en la web a través del software Maisanta, impulsaron a la gestión de Chávez a implementar otros mecanismos que, aunque impiden saber por quien vota cada elector, permiten un mayor control social.
El año 2004 fue clave para el Gobierno, y es que fue en este que se logró traer a Venezuela el sistema biométrico o captahuellas, el cual, se utilizó para digitalizar el sistema electoral. A través de este, se logró registrar los datos personales de todos los votantes, que sirvieron más tarde para saber quiénes eran abstencionistas, dónde vivían e incluso si trabajaban para el Estado, esto por el número de cédula.
Entre 2014 y 2015, este sistema se implementó en los supermercados y grandes cadenas farmaceúticas, a fin de “contrarrestar” el bachaqueo que se proliferaba rápidamente por la escasez de alimentos y otros productos básicos. Sin embargo, esto solo sirvió para obtener mayores datos de la población: saber qué compraban, cuándo, dónde, con cuánta frecuencia y qué método de pago utilizaban.
Los captahuellas también se instalaron en algunas entidades bancarias del Estado, donde es requisito imprescindible pasar por el registro digital antes de realizar cualquier transacción. Las herramientas para la obtención de datos se han intensificado en el último año, en el que el Gobierno creó el carnet de la patria y varias misiones subsidiarias ancladas a este sistema.
Ciertamente el Ejecutivo no puede verificar por qué candidato vota un elector, no obstante, las datas digitales en las que se almacenan millones de datos de los ciudadanos, permite crear un perfil de quién es cada elector y, a su vez, por qué sector político se inclina el mismo.
Fuente: El Cooperante