Este martes, el titular del Interior, Mario Fernández (Partido Demócrata Cristiano), había ingresado recién al comedor de la bancada de su partido cuando los diputados comenzaron a bromear con uno de los mensajes que el jefe de gabinete les entregó a inicios de julio en una reunión privada. Aquella vez pidió a la colectividad actuar con “humildad” y entender que la DC no es el actor preponderante del oficialismo, sino que el “arroz graneado” en la coalición.
Ese mensaje provocó una profunda molestia en el partido, por lo que fue abordado posteriormente en otro encuentro entre dirigentes y autoridades de gobierno que militan en la DC.
Si bien las bromas buscaban distender el ambiente, al secretario de Estado lo notaron incómodo, sobre todo porque ingresó al comedor justo cuando se debatía la posibilidad de concretar una nueva ofensiva contra el gobierno para presionar por un cambio al sistema de pensiones, principal batalla que busca dar la colectividad para revertir lo que consideran un daño al electorado de centro durante el gobierno de Bachelet.
Esta vez, la señal de alerta la había dado el diputado Pablo Lorenzini, al anunciar en la mañana que estaba gestionando apoyos para interpelar al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. “Los cálculos de mortalidad que hace la Superintendencia de Pensiones están manipulados”, dijo, acusando que se estaría beneficiando a las isapres y a las compañías de seguros con el cálculo que rebajará las pensiones para quienes estén pronto a jubilarse. “Quiero al ministro de Hacienda aquí. Estoy buscando las firmas para interpelarlo, porque es el jefe de la Superintendencia de Pensiones”, remató, sorprendiendo a La Moneda y a varios en su bancada que después le advertirían lo complejo de iniciar una acción de esa índole desde la coalición oficialista.
Pero su arremetida no era individual. Ya tenía apoyos en sectores PS y PPD, además de al menos cinco diputados DC. Así, en el almuerzo al menos cinco legisladores se manifestaron a favor, liderados por Lorenzini y Ricardo Rincón. Otros cinco argumentaron en contra. Y el resto se quedó en silencio.
Esos apoyos, sumados a la UDI y RN, podrían viabilizar la acción, que requiere 40 firmas. Consciente del riesgo, La Moneda decidió intervenir, a través del propio titular del Interior. “Esto no corresponde. Sería un problema”, les dijo Fernández a los diputados en el comedor, junto con recalcarles que la interpelación es un mecanismo que debiera ser utilizado por la oposición. “¿Acaso mañana se les va a ocurrir interpelar a la ministra (Ximena) Rincón?”, finalizó, recordándoles que la ex senadora DC ejerce el cargo de “ministra del Trabajo y Previsión Social”, por lo que también tiene injerencia en el sistema de pensiones.
Inmediatamente, representantes de la directiva que estaban en el almuerzo intervinieron para plantear el mismo factor. En ese sentido se pronunciaron el secretario nacional, Gonzalo Duarte, y el diputado y vicepresidente Sergio Espejo.
Las intervenciones lograron desarticular, al menos por el momento, la tercera arremetida que parte de la bancada DC ha emprendido directamente contra Valdés en los últimos veinte días, lo que ha evidenciado la tensa relación entre esa colectividad -y también de amplios sectores de otros partidos- con el titular de Hacienda.
Primero, el 13 de julio más de la mitad de la bancada votó, junto al resto del oficialismo, a favor de una indicación que cambiaba el mecanismo de financiamiento de la educación pública, pese a que el secretario de Estado advirtió que era inadmisible por ser atribución exclusiva del Ejecutivo. Seis días después, parte de los diputados de la falange intentaron hacer fracasar un artículo de la agenda de crecimiento -clave en la agenda del ministro- que permitía a las AFP invertir en inmobiliarias. Sin embargo, en contraste al crítico discurso que el oficialismo activó en las semanas siguientes sobre las AFP, la medida fue aprobada ese día.
La posible interpelación volverá a ser abordada este miércoles en el almuerzo DC, al que fue invitado el propio Valdés.
En paralelo, otros ministros enfrentaban ayer la presión del resto de los partidos del oficialismo: el titular de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre, durante un almuerzo con la bancada PPD, y el vocero de gobierno, Marcelo Díaz, en el comedor de los diputados PS. En este último encuentro, incluso, Díaz reaccionó con molestia a los constantes comentarios que le hacían los legisladores socialistas y las consultas sobre si el Ejecutivo reaccionará para implementar medidas durante la administración de Bachelet. “Por favor, ¿me dejan hablar?”, les dijo, según los asistentes, en un momento de la conversación.
Los presentes dicen que Díaz planteó que se buscará implementar algún tipo de ajuste, pero reiteró que no existe margen para implementar una modificación sustancial en lo que resta de gobierno.
Con información de La Tercera