La 174 conferencia de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) que se celebra mañana en Viena centrará sus debates en cuánto aumentará su actual producción de petróleo, que se sitúa por debajo de los 32 millones de barriles diarios. Lo que ya no se debatirá, a pesar de la oposición de Irán y Venezuela, es que va a haber un incremento de la producción, pues se da por hecho.
A ese acuerdo se sumaron otros países ajenos a la OPEP, liderados por Rusia, que recortaron su producción en 600.000 barriles más. En noviembre del año pasado, unos y otros decidieron prorrogar ese recorte de 1,8 millones de barriles hasta finales de 2018.
Las negociaciones no son fáciles, pues cada país tiene una estrategia, aunque a todos les une que el 90% o más de sus ingresos proceden del petróleo. En esas reuniones intentarán fijar un aumento de la producción que, por un lado, compense las caídas de Venezuela e Irán y, por otro, que consiga mantener los precios del petróleo en el entorno de los 70 dólares. El Brent cotiza por encima de ese nivel desde finales de marzo y hace justo un mes tocó los 80 dólares.
Arabia Saudí por la OPEP y Rusia por el resto de productores han aumentado ya su producción para suplir los descensos de Venezuela e Irán, pero no pueden abrir el grifo sin control pues cuanto más caro es el petróleo, más rentable es la industria del «fracking» en Norteamérica, lo que se traduce en un aumento de la oferta mundial de crudo. Y cuando más petróleo exporta EE.UU., más peso pierde la OPEP en los mercados internacionales. Es decir, que si la OPEP y sus aliados aprobaran un fuerte incremento de su producción, podría volverse contra ellos, ya que EE.UU. aumentaría la suya y habría un exceso de oferta en los mercados internacionales.
«Herramienta política»
Así, Irán acusó ayer a Donald Trump de recurrir al «petróleo como herramienta política», provocando aumentos «desmedidos» en el precio del crudo que causan «incertidumbre y miedo entre los consumidores».
La subida del precio del barril hasta picos en torno a los 80 dólares no se debe «a la falta de equilibrio entre la oferta y la demanda», declaró el ministro iraní de Petróleo, Biyan Zangané, ante los delegados del VII Seminario Internacional de la OPEP. «La razón es la tensión política que ha creado Estados Unidos, su Administración», afirmó el ministro, en sintonía con la postura de Teherán contraria a que la OPEP apruebe un aumento de su oferta conjunta de crudo.
En declaraciones a la prensa a su llegada a Viena, Zangané desestimó un posible consenso para que la OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, aprueben, en la reunión convocada para el viernes y sábado próximos en la capital austríaca, un aumento de los suministros, como han propuesto Riad y Moscú. «No creo que en esta reunión podamos llegar a un acuerdo», dijo.
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— El Político (@elpoliticonews) June 21, 2018
Ante el foro que reúne a cientos de representantes de importantes países productores y consumidores de crudo, así como a dirigentes de compañías petroleras y expertos, Zangané arremetió contra la retirada de EE.UU. del pacto nuclear que Teherán selló en 2015 con Barack Obama, así como con Pekín, Moscú, París, Londres y Berlín. «El 8 de mayo de 2018, el presidente estadounidense habló, y el (precio) del barril de petróleo aumentó de forma desmedida.Por tanto, no podemos decir que no sea un motivo político lo que ha llevado a este aumento» de la cotización, declaró.
«No podemos dar carta blanca a EE.UU. para seguir con estas sanciones y utilizar el petróleo como herramienta política», sentenció. Sin mencionarlo directamente, el ministro iraní aludió también a las presiones de la primera potencia mundial para que los productores aumenten su oferta con el fin de abaratar el «oro negro», informa Efe.