La llegada de Theresa May al número 10 de Downing Street marca sólo el comienzo de un año dominado por el avance de las mujeres en política. Para fines de 2016 se prevé que al menos tres de las cinco mayores economías del mundo sean gobernadas por mujeres: Reino Unido, Alemania y Estados Unidos. Si bien en este último país las elecciones serán recién en noviembre, la candidata demócrata Hillary Clinton aparece hoy con la primera opción de llegar a la Casa Blanca, e incluso podría considerar a la senadora Elizabeth Warren como su compañera de fórmula. A ello se suma que entre los candidatos favoritos para dirigir la ONU hay seis mujeres y en Reino Unido, el opositor Partido Laborista enfrenta una crisis interna que tiene a la parlamentaria Angela Eagle como eventual sucesora del actual jefe del partido, Jeremy Corbyn.
"¿Todo esto es una coincidencia? ¿O el tejado de vidrio del bloqueo femenino en el poder finalmente se quebró?", se preguntaba ayer el diario británico The Guardian. La mayoría de los países no han tenido a una mujer como líder. De acuerdo a la ONU, hasta agosto de 2015 las mujeres en el mundo representaban sólo el 22% de los parlamentarios. Hasta esa fecha, 11 mujeres eran jefas de Estado y 10 eran líderes de gobierno. Sólo en Cuba, Suecia o Ruanda, las cifras de mujeres parlamentarias están cerca del 50%. Ni Estados Unidos, China, Japón, Italia o España han tenido mujeres al mando. No obstante, este panorama parece estar redefiniéndose.
En Reino Unido, Theresa May-la segunda mujer en estar a la cabeza del gobierno de ese país después Margaret Thatcher-, tendrá que codearse con sus vecinas, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, y la primera ministra de Irlanda del Norte, Arlene Foster, y deberá gestionar la compleja salida del país de la Unión Europea.
En ese proceso se verá las caras con la canciller alemana Angela Merkel, quien llegó al poder con la coalición Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) y la preside desde 2000. Lleva 10 años en el poder y podría ir por un cuarto período en 2017. Desde 2005 que conduce la economía más sólida de Europa y ha sido la encargada de afrontar una serie de contratiempos del bloque. Enfrentó la crisis económica de 2008, fue el rostro negociador con Grecia y tuvo que responder a la llegada masiva de inmigrantes y a la creciente amenaza terrorista. Ahora, tendrá un rol crucial con el Brexit.
Theresa May también se unirá a la primera ministra de Polonia, Beata Szydlo y de Noruega, Erna Solberg.
En Estados Unidos, si Hillary Clinton derrota al republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre, podría convertirse en la primera mujer en la historia del país en llegar a la Oficina Oval. Si eso sucede, May y Clinton podrían mantener la "relación especial" que sostienen ambos países.
Asimismo, en los 70 años de vida de la ONU, nunca una mujer ha sido secretaria general. Pero eso podría cambiar. Helen Clark, es una de las favoritas para convertirse en la sucesora de Ban Ki-moon. Primera ministra de Nueva Zelanda por tres períodos (1999-2008), Clark dirige desde 2009 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Y si no es ella, en la lista también aparece la actual directora de la Unesco, la búlgara Irina Bokova.
De acuerdo al diario The Washington Post, una investigación sobre liderazgo femenino determinó que las mujeres tienen su oportunidad cuando existe un período de crisis, tal como ocurrió en Reino Unido con el Brexit. De hecho, Thatcher asumió en 1979 tras una crisis económica y del laborismo.
"Luego de que sus primeros ministros murieran o dejaran el cargo por enfermedad, los Partidos Laboristas de Israel y Noruega pusieron por primera vez a mujeres al mando: Golda Meir en 1969 y Gro Harlem Brundtland en 1981″, destacó el Post. Según Diana O?Brien, profesora de la Universidad de Indiana y que ha estudiado el interés de las mujeres en política, éstas son elegidas para liderar cuando existe un "alto riesgo de desastre o fracaso organizacional".
Karen Beckwith, experta de la competencia de género en liderazgos de partido de la Universidad Case Western Reserve, asegura en un estudio que es más probable que las mujeres se conviertan en líderes de sus partidos cuando un jefe "hombre es removido por un escándalo o una derrota electoral, o las condiciones son tan inciertas que los aspirantes masculinos más prominentes se niegan a ser candidatos".
Con Información de: la tercera