Es un hecho que muchas personas en los Estados Unidos deberán aplicarse la cuarta dosis contra el Covid-19, pero esto hace que lleguen muchas interrogantes.
El Político
Quienes tengan más de 50 años de edad, así como los adultos inmunodeprimidos, deberán colocarse la cuarta dosis contra el nuevo coronavirus.
Esta es una medida que en naciones como Alemania o Francia ya se hacía en personas mayores y personal sanitario.
En España impera la prudencia ante la advertencia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de que no hay evidencia científica para aconsejar una nueva inoculación.
Teniendo en cuenta las decisiones de otros países sobre el refuerzo con la cuarta dosis y las evidencias disponibles sobre su eficacia, surgen varias incógnitas sobre si esta debería inocularse también en nuestro país, a qué población y, sobre todo, si tiene sentido.
¿A quién deberíamos poner la cuarta dosis?
Para Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS, la cuarta dosis es “una acción que no tiene necesariamente evidencia epidemiológica”. Ante la certeza científica, el epidemiólogo señala a El Confidencial que esta inoculación de refuerzo podría estar justificada en casos de inmunodepresión o de personas altamente vulnerables, “pero no para la población general”.
Desde la Sociedad Española de Inmunología (SEI) también apuntan a que, en cualquier caso, la población que debería recibir este refuerzo es la del grupo 7 de vacunación, entre los que se encuentran los inmunodeprimidos y otros casos vulnerables.
¿Tiene sentido la cuarta dosis?
Un poco más restrictiva se muestra la viróloga del CSIC Margarita del Val, que –teniendo en cuenta que la advertencia de la EMA– en cualquier caso señala que se debería inocular otro refuerzo “si se tiene una inmunodepresión profunda, para trasplantados y algunos tratamientos concretos”. “Pero solo para una inmunodepresión profunda, no para la mayoría de inmunodeprimidos –insiste a este periódico–, ni siquiera se debería empezar con personas mayores porque no hay evidencia ni siquiera en residencias de ancianos de que haya bajado la protección con tres dosis".
"Además, desde el punto de vista de respuesta inmunitaria no tenemos una experiencia en la que se haya estimulado constantemente el sistema inmunitario con tan poco tiempo de diferencia", añade.
Para la viróloga del CSIC, la estrategia de otros países de inocular la cuarta dosis a todos los mayores de 50, el personal sanitario y los inmunodeprimidos en general “no tiene mucho sentido”.
“La respuesta inmunitaria de memoria funciona durante mucho tiempo, las vacunas están aguantando muy bien y protegiendo de lo importante, que es la enfermedad grave, evitando la hospitalización, el ingreso en UCI y los fallecimientos. Y aunque los anticuerpos caigan con el tiempo, la memoria inmunitaria para hacer los mismos o, incluso, mejores anticuerpos queda y persiste durante décadas. La memoria inmunitaria para hacer nuevos linfocitos que eliminen a las células infectadas y den la inmunidad celular persiste también durante décadas”, desarrolla Del Val sobre por qué no ve necesario otro refuerzo.
Fuente: alimente.elconfidencial