Por naturaleza, el Estado de Derecho y la Justicia Social deben coexistir como partes de un mismo tejido. El engranaje de las leyes, por un lado y su justa aplicación. Pero, de alguna manera, la polarización y la partidización de la política las han separado. Ahora viven en domicilios cercanos pero no aledaños y han venido a representar visiones e ideales de izquierdas y derechas. No de todos obviamente, pero sí de quienes tienen el mayor perfil en el partido y en la opinión pública.
La campaña electoral ha exacerbado estas apropiaciones, de modo que los republicanos claman la Ley y el Orden, generalmente ejercido por las policías anti motines, mientras que los demócratas defienden la "justicia social", normalmente asociada a injusticias raciales.
Las protestas por eventos como los de George Floyd o Jacob Blake, han exacerbado estas diferencias: liberales piden justicia para las minorías; los conservadores invocan el imperio de la Ley. Ambos tienen la razón pero ambos pueden estar equivocados si creen que un solo polo resuelve los problemas sociales y políticos envueltos.
En el podcast del305al310 Jesús M. Rodríguez y Fernando Nunez-Noda lo conversan, con ejemplos, disquisiciones y argumentos que apuntan a nuevos rumbos de la conversación pública. Abajo tienen el podcast.