Los nuevos dueños de la Fórmula Uno quieren sumar al campeonato mundial una carrera en un circuito callejero en Estados Unidos, en un intento por aumentar la popularidad de un deporte que sienten se estancó bajo el liderato de Bernie Ecclestone.
De todas formas, Carey aseguró que será tan tenaz como Ecclestone a la hora de negociar con los circuitos, e insistió que carreras menos lucrativas que están lejos de metrópolis, como en Gran Bretaña, tendrán que demostrar que pueden generar más ganancias en vez de permitirles renegociar las cuotas de sede.
La compañía estadounidense Liberty Media, que se especializa en eventos deportivos y de entretenimiento y es controlada por el magnate John Malone, completó el lunes la adquisición de la F1 del fondo de inversiones CVC Capital Partners.
Conseguir crecimiento de la F1 en Estados Unidos es una de las prioridades de Liberty, que también es dueña de los Bravos de Atlanta y tiene inversiones en compañías de televisión por cable. La F1 tiene sólo una carrera en Estados Unidos, en Austin, Texas, pero Liberty quiere agregar otra de circuito callejero.
"Nos gustaría agregar una carrera en Estados Unidos en algún lugar como Nueva York, Los Ángeles, Miami, Las Vegas", dijo Carey en una entrevista telefónica. "Nos parece que podemos crear algo que sea un evento realmente especial. Obviamente Estados Unidos es todo potencial para nosotros. No hemos invertido lo necesario para fomentar el mercado estadounidense".
Carey dijo que el deporte se quedó estancado en el pasado, con "eventos deslucido", y señaló que Ecclestone no acaparó las nuevas plataformas de los medios de comunicación. "Bernie tenía un estilo autocrático", indicó Carey. "Yo no soy así".
"Creo que el negocio no alcanzó su potencial en los seis últimos años", señaló. "Con tantas cosas que se necesitan para ser competitivo en un mundo online cada vez más fragmentado, necesitas una organización que haga muchas cosas al mismo tiempo".
Con información de El Financiero