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El PRI se va a enfrentar a un entorno extremadamente crítico para las elecciones del próximo año, que definirán el gobierno del Estado de México, su último bastión multitudinario.
Si cae el Estado de México, adiós al PRI para el próximo sexenio.
Para la elección del siguiente año van a estar candentes los anunciados procesos judiciales contra los exgobernadores Duarte, así como el que ya se sigue al neoleonés Rodrigo Medina.
Además estaremos en una situación económica adversa, luego de haber desaprovechado los años de alta bonanza que fueron 2013 y 2014.
El PAN ya vio el talón de Aquiles de la economía y pone acento en el tema del crecimiento de la deuda, así es que más vale que quien aspire a ser presidente del PRI tenga buenas respuestas para los cuestionamientos que obviamente se le vienen encima.
Durante el gobierno de Felipe Calderón la deuda creció en poco más de siete puntos del PIB, al pasar de 28.8 puntos en 2006, a 36.4 puntos al cierre de 2012.
En tan sólo los tres primeros años y tres meses de este gobierno, en cambio, la deuda creció más de once puntos.
El endeudamiento ha sido acelerado y desproporcionado con respecto al ritmo que traía de la pasada administración. ¿Por qué?
¿Por qué hemos tenido ese endeudamiento sin haber logrado que la economía crezca lo que el país requiere?
Ricardo Anaya no está perdido al pedir debates regulares entre los presidentes de los partidos, porque ahí va a apretar y se desconoce la respuesta que tenga el PRI en ese renglón que enoja a la ciudadanía: el económico.
Porque con un mal resultado económico en el bolsillo de los ciudadanos, el enojo por la corrupción, la inseguridad y los derechos humanos se potencializa.
Quien vaya a ser presidente del PRI tendrá, antes de aceptar el cargo, que tener respuestas al desempeño de la economía.
A ver, entre 2013 y 2014 tuvimos los precios del petróleo en los niveles más altos de la historia: entró dinero. Y la deuda creció cinco puntos en relación al PIB. ¿Dónde quedaron esos recursos?
Hay nuevas carreteras, los médicos no han dejado de atender y el seguro popular es muy amplio. Sí, pero qué más. ¿Qué justifica una deuda que al último día de marzo de este año equivalía a 47.6 puntos del PIB?
Es que tan sólo en el primer trimestre de este año la deuda creció 1.9 puntos del PIB, y ya hemos tenido dos recortes presupuestales, uno en febrero por 132 mil millones de pesos, y otro la semana pasada por casi 32 mil millones de pesos.
Para el próximo presidente del PRI será preciso explicar cómo es que se juntan deuda, recortes y un crecimiento económico con expectativas a la baja.
Cuando la deuda y los récords en recaudación fiscal no se ven reflejados en los bolsillos de los ciudadanos, explican el mal humor social.
Así las cosas, para el PRI todo será más difícil de explicar: los malos gobiernos estatales, escándalos de gobernadores que estarán en procesos judiciales, una economía ahorcada por los recortes y la deuda que araña los 50 puntos del PIB.
Twitter: @PabloHiriart
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Con Información de: El Financiero