No eran las cinco de la mañana y más de 600 periodistas se agolpaban en la enorme sala de prensa en la Marina de Valencia destinada para cubrir la llegada del Aquarius haciendo colas enorme para pedir café. La jornada iba a ser larga. Agotamiento, sol, sed…
Pero nada comparado con lo que 630 personas vivieron durante ocho días de navegación para alcanzar el puerto de Valencia. Y no solo por las terribles condiciones a las que se somete el cuerpo en el mar, pasando frío, calor, mareos… Sino por las terribles historias que hicieron a esas 630 almas lanzarse al mar pidiendo un futuro mejor.
Faltando solo diez minutos para las siete de la mañana de este domingo, la primera flotilla del Aquarius, Dattilo llegaba al muelle 1 del puerto de Valencia. El Dattilo llevaba a bordo 274 personas: 182 hombres, 32 mujeres y 60 niños. Todos menores no acompañados. De todos ellos, un total de 200 personas han sido atendidas por personal sanitario y, de esas, 144 han sido trasladadas al hospital.
El presidente de Médicos Sin Fronteras, David Noguera, que presenció la llegada de las embarcaciones dijo que estaba contento de que el viaje se haya acabado y due por fin lleguen a puerto seguro y «se les respete como se merece».
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— El Político (@elpoliticonews) June 17, 2018
La llegada de los 630 inmigrantes de la flota del Aquarius se completó con el atraque a las 13 horas del buque de la Marina italiana Orione, en el que viajaban 250 personas, de las que 228 son hombres y 22 menores de edad no acompañados.
A partir de ahora, los inmigrantes disponen de un permiso de 45 días de entrada extraordinaria por razones humanitarias en territorio nacional, un plazo tras el cual deberán regularizarse mediante la solicitud de asilo o residencia, según regula la Ley de Extranjería, ha anunciado un responsable de la Comisaría de Extranjería de la Policía.
Este sábado, el ministro de Fomento, el valenciano José Luis Ábalos —que ha visitado hoy el puerto y comprobado el estado del dispositivo extraordinario—, aseguró que los 630 inmigrantes tendrán una autorización especial de un mes, pero a partir de ahí se les tratará con la legalidad en la mano, «sin excepciones».
Quiso así dejar claro que el Gobierno no puede hacer «otra cosa», aunque el jueves el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó que la ley posibilita un trato específico para casos como el del Aquarius.