Donald Trump impuso formalmente aranceles recíprocos a los productos de muchos países. En un miércoles 2 de abril bautizado por la Casa Blanca como "Liberation Day", el presidente realizó un evento en el que aseguró que los aranceles beneficiarán a los trabajadores estadounidenses, afirmando también que está poniendo fin a décadas de injusticias comerciales en contra de los Estados Unidos. Del otro lado, los líderes mundiales no se mostraron muy contentos con los anuncios.
Desde el Jardín de Rosas de la Casa Blanca y frente a funcionarios e invitados varios, Trump firmó la implementación de aranceles. "Durante años, los trabajadores estadounidenses fueron marginados mientras otras naciones se enriquecían y se fortalecían, en gran parte a costa nuestra", expresó.
En un momento dado, el presidente invitó al secretario de Comercio, Howard Lutnick, a que suba para acercarla la tabla arancelaria, en la cual plasmó los nuevos aranceles país por país. Algunos de los más importantes fueron los impuestos a China (34%), India (26%), la Unión Europea (20%) y Japón (24%).
Una vez finalizado el evento, comenzaron a llegar las reacciones internacionales, en su mayoría con quejas sobre la política comercial de la Administración Trump.
"Los aranceles no benefician a nadie"
Uno de los primeros en expresarse fue el primer ministro de Canadá, Mark Carney, quien escribió lo siguiente en su cuenta de X: "Los agricultores, ganaderos y trabajadores del sector agroalimentario ponen comida en la mesa de las familias canadienses".
"Frente a los aranceles injustificados del presidente Trump, defenderemos sus puestos de trabajo y construiremos sus sectores, protegiendo la gestión de la oferta, duplicando las protecciones de los ingresos y ampliando la capacidad de procesamiento", sumó.