El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) aseguró este miércoles que al menos 40 millones de niños y niñas perdieron un año vital de su educación preescolar a causa del cierre de los centros escolares provocado por la pandemia de la Covid-19.
El Político
La directora ejecutiva de la Unicef, Henrietta Fore, explicó que este panorama agudiza la crisis de cuidado infantil que ya existía en el mundo desde antes de la llegada de la pandemia. Sus declaraciones tuvieron lugar en la presentación del informe “Cuidado infantil en una crisis global: el impacto de la Covid-19 en el trabajo y la vida familiar”.
En ese sentido Fore expuso que "las interrupciones educativas causadas por la pandemia de la Covid-19 están impidiendo que los niños obtengan su educación de la mejor manera posible" y agregó que "el cuidado infantil y la educación de la primera infancia construyen una base para todos los aspectos del desarrollo de los niños. La pandemia está poniendo esa base bajo seria amenaza".
Numerosos especialistas coinciden en que la salud mental de los niños es particularmente vulnerable en momentos de crisis.
“El covid tiene un impacto en términos de enfermedad y contagio muy bajo en niños, pero nosotros alertamos sobre los efectos colaterales del covid-19. Es decir, en la medida en que tenemos un aislamiento y una cuarentena tan prolongada se incrementan las tensiones en la familia, el estrés, el no poder retomar la rutina, y eso tiene un impacto determinante en la dinámica escolar y, especialmente, en la vida de los niños”, indicó Carlos Trapani, director de Cecodap.
Para la psicóloga Blanca Suárez, en épocas de pandemia es normal que los menores de edad puedan sentir incertidumbre y ansiedad, razón por la cual hizo unas recomendaciones a los padres y tutores.
Jugar y escuchar con los pequeños
Es fundamental escucharlos y entenderlos, podemos hacer muchísimas cosas con los niños para que ellos comprendan. Es a través del juego, el momento más importante para los niños, para que haya la comunicación con los familiares que están atendiéndolo, bien sean los padres, tíos, abuelos, o a quienes le corresponda”, indicó Suárez.
Escucharlos y entenderlos más
La especialista sugirió, además, fomentar la escucha activa y mantener una actitud de comprensión, así como crear -en la medida de lo posible- un entorno más sensible y afectuoso que de costumbre. De este modo los niños encontrarán formas positivas de expresar aquellos sentimientos que les inquieten.