Netanyahu y Gantz se enfrentan a la decisión que tomen los ocho diputados de Israel Nuestra Casa, movimiento laico conservador, liderado por el exministro de Defensa Avigdor Lieberman quien defiende un “Gobierno de unidad nacional liberal”, pero no se ha inclinado por ninguno de los dos bloques ya que se niega a pactar tanto con los ultraortodoxos como los árabes.
El Político
En un intento de impulsar un Gobierno de gran coalición, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, volvió a reunir el miércoles a Benjamín Netanyahu con el centrista Benny Gantz. La iniciativa del jefe de Estado fracasó y, ante el bloqueo político derivado de los resultados de las elecciones del día 17, optó por encargar la formación de Gobierno al primer ministro saliente.
Netanyahu ofreció de inmediato un pacto de unidad a Gantz, para garantizar la defensa y negociar el plan de paz de EE UU, a pesar de los primeros contactos fallidos. Ni el bloque de derechas ni el de centroizquierda han logrado sumar mayoría suficiente en la Kneset (Parlamento) en las legislativas, celebradas en repetición de unos comicios celebrados hace solo cinco meses, explica el analista Juan Carlos Sanz.
En la residencia oficial del presidente en Jerusalén pesó finalmente el escaño de ventaja de Netanyahu sobre su rival en el cómputo de alianzas, aunque los dos principales candidatos no alcanzan los 61 votos que garantizan la investidura por mayoría absoluta en la Kneset. Rivlin reconoció que los números no facilitaban la tarea, pero prefirió “dar una oportunidad” a Netanyahu durante los próximos 28 días.
El primer ministro aprovechó la comparecencia junto a Rivlin para defender un Gobierno fuerte en Israel frente a la amenaza de “la osadía de Irán”, así como ante el “acuerdo del siglo” que propugna Donald Trump para poner fin al conflicto entre israelíes y palestinos. “Un Gobierno de unidad”, aseguró, “es la mejor opción para fijar las fronteras que demanda del presidente de EE UU”.
Según el diario Haaretz, Rivlin ha constatado, que ninguno de los dos líderes está interesado en la creación de un Gabinete de unidad nacional por lo que optó por adelantar el encargo de la formación del nuevo Ejecutivo y propiciar que los dos grandes partido agilicen el proceso negociador y si no logran resultados positivos se tendrá que convocaar a nuevas elecciones, las terceras en un año.
Los dos líderes quieren ocupar la jefatura de gobierno
Netanyahu del Likud o Gantz Azuk y Blanco, deberían ocupar la jefatura de Gobierno de forma rotativa., pero Gantz marca distancia y esgrime que Netanyahu tiene prevista la semana que viene una comparecencia ante el fiscal general de Israel previa a una eventual inculpación por tres casos de fraude y soborno investigados por la policía.
El exgeneral Gantz y sus socios de Azul y Blanco advirtieron mediante un comunicado de que no aceptarán una coalición con “un primer ministro que afronta una imputación.
Un Parlamento fragmentado
Los 55 diputados que suma el Likud (32 escaños en el recuento definitivo) del primer ministro junto con sus dos socios ultraortodoxos (16) y el de la extrema derecha (7) superan a los 54 que acumula Azul y Blanco, alianza de nuevo cuño de centro (33 parlamentarios), más los apoyos de los laboristas (6), de la izquierda pacifista (5) y de 10 de los 13 miembros de la Lista Conjunta árabe. El inesperado giro del partido islamista Balad, que se retractó del respaldo expresado el domingo por la coalición árabe al exgeneral Gantz, otorgó la ventaja a ea Netanyahu en el cómputo de alianzas.
Netanyahu, el primer ministro que durante más tiempo ha gobernado en Israel —13 años, los 10 últimos de forma consecutiva— no logró revalidar la semana pasada en las urnas la mayoría parlamentaria con la que dirigió la pasada legislatura el Gobierno más conservador en la historia del Estado judío. La coalición de la gran derecha se rompió a finales de 2018 se rompió tras la salida de Lieberman, opuesto a la estrategia de contención del primer ministro en la franja de Gaza y enfrentado a los ultrarreligiosos por sus privilegios sobre la mayoría laica de Israel.
Hasta el momento, el fiel de la balanza estaría en manos de quien quedó tercero, Lieberman, y sus ocho votos. Es uno de los hombres que mejor conoce a Netanhyahu. Según El País, En los años ochenta coincidió en el Likud —el gran partido sionista conservador que puso fin a la hegemonía política del laborismo en Israel— con Netanyahu. Fue chico de los recados de un líder prometedor, de un sabra pata negra nacido en Tel Aviv en el seno de la aristocracia askenazi fundadora del Estado judío. Asistente personal, chófer ocasional y, a menudo, confidente, acabó siendo la persona que mejor conoce las debilidades del actual líder de la derecha y primer ministro en funciones.
Israel Nuestra Casa se reservarse un papel arbitral clave, traidor a su amigo o hacedor de reyes.