Los rusos que pese al frío en Moscú han votado en las elecciones legislativas que se celebran este domingo en el país parecen confiar en la limpieza del proceso electoral, aunque no esperan cambios del Parlamento que salga elegido.
"No creo que nuestro país quiera cambios rápidos. No es éste un país que se pueda permitir cambios de envergadura, debido a factores geopolíticos, étnicos y otros", dice a Efe Mark, que parece referirse a la tensión entre Rusia y Occidente que ha marcado casi toda la legislatura pasada.
El conflicto en Ucrania y las sanciones de Occidente a Moscú por su papel en esa crisis sobrevuelan en todo momento estos comicios, en los que la mayoría de los partidos que aspiran a entrar en el nuevo Parlamento respaldan la política del Kremlin, incluida la anexión de la península ucraniana de Crimea, pese a las consecuencias.
La mayoría de los moscovitas que se acercan a mediodía al colegio electoral situado en uno de los barrios más elitistas de Moscú, en la llamada "milla de oro", no creen que el resultado de los comicios esté ya decidido a favor del oficialismo, como sí indican todas las encuestas.
"Quiero confiar en que no sea así", afirma Tatiana, una jubilada de 60 años, de aspecto juvenil y cuidado, que asegura estar "contenta con la situación en el país", pese a recibir "una pensión pequeña" del Estado.
La larga crisis económica que padece Rusia desde hace más de dos años, provocada entre otras cosas por el enfrentamiento del Kremlin con Occidente, no ha hecho mella en votantes como esta jubilada.
Pese a la mala situación económica, la popularidad del presidente ruso, Vladímir Putin, se acerca al 90 por ciento, y la victoria de Rusia Unida, el partido del Kremlin, parece asegurada.
La prioridad de las autoridades en estos comicios es garantizar que no se repitan las protestas masivas que siguieron a los comicios de 2011 tras las denuncias de fraude en favor de Rusia Unida, pero también que no quepan dudas sobre la limpieza del proceso.
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Un joven empresario ruso que se dice llamar Dmitri y que pasa varios meses al año en Alicante (España) tiene mucha confianza en el proceso electoral.
"Aquí se puede ver que la mayoría de los que vienen a votar son jubilados y es lógico pensar que votan por Rusia Unida, el partido del poder. Al Gobierno no le vale la pena falsificar los resultados, porque está claro que pueden ganar de forma honesta", asegura a Efe.
Otra jubilada, que sale del colegio acompañada por su marido, no tarda en darle la razón: "Nosotros hemos votado a Rusia Unida. Los dos".
"Somos de aquella generación que siempre iba en fila a votar, cuando vivíamos en la Unión Soviética", añade Natalia Vasílievna.
Dmitri cree que el resultado "es previsible", pero también está convencido de que hay que votar para evitar sorpresas.
"Con el ‘Brexit'", recuerda Dmitri, "se ha visto lo importante que puede llegar a ser votar. Ahora parece que la mayoría de los británicos estaban en contra de salir de la Unión Europea, pero se quedaron en sus casas, y ahora lo lamentan".
De lo que sí que está seguro es que en Rusia "nunca pasará como en España, que parece que se va a ir a unas terceras elecciones".
Catorce partidos aspiran a obtener escaños en estos comicios, que por primera vez desde 2003 se celebran según un sistema mixto: de los 450 diputados de la Duma rusa, 225 serán elegidos por listas de partido y los otros 225 por circunscripciones mayoritarias unipersonales.
Solo cuatro de estas formaciones tienen actualmente representación parlamentaria: Rusia Unida, encabezada por el primer ministro, Dmitri Medvédev; el Partido Comunista de Guenadi Ziuganov, el ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Vladímir Zhirinovski, fiel al Kremlin, y el socialdemócrata Rusia Justa, de Serguéi Mirónov, aliado de Putin.
Con información de EFE