En tres días, Brasil el gigante del continente, decidirá quien dirigirá los destinos del país en los próximos cuatro años. Elegirán entre dos populistas el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el actual mandatario Jair Bolsonaro.
El Político
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) abre el 53% de los votos válidos sobre el presidente Jair Bolsonaro (PL), el 47%, según la encuesta Genial/Quaest divulgada este miércoles. La mayoría de los sondeos, con ligeras variables, dan ese mismo resultado.
Quien gane se hará cargo de un país profundamente polarizado a partir del 1 de enero de 2023.
Por qué es importante
Esta segunda vuelta tiene la importancia de mostrar hasta qué punto la izquierda suramericana, con Maduro, Petro, Boric o Alberto Fernández, puede sumar otro tanto.
Al tiempo que pueda impedir que Bolsonaro, quien ha repetido a menudo sus principios rectores: “Dios, Familia, Patria”, sorprenda y se mantenga en el poder contra todos los pronósticos.
En contexto: Dos populistas
El candidato presidencial del izquerdista Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, cree que las elecciones de Brasil de este domingo (02.10.2022) serán un voto sobre la independencia misma del país. Perder las elecciones, en su opinión, pondría fin a la democracia brasileña.
Mientras que el presidente de derecha Jair Bolsonaro, presenta a Brasil como un país espiritualmente enfermo y se presenta como un soldado cristiano en guardia contra el marxismo cultural. Al tiempo que advierte que el regreso de Lula produciría el tipo de autoritarismo de izquierda que se ve en otros lugares de América Latina. Con la persecución de las iglesias, la educación sexual en las escuelas públicas y la proliferación de la llamada ideología de género.
Ricos vs pobres
Como es casi una letanía el tema de ricos contra pobres se repite en estas elecciones, asignándole a Lula, obrero metalúrgico, sindicalista y político progresista, el ser representante de los desposeídos.
Mientras que a Bolsonaro, un excapitán del Ejército, que ha construido una base de apoyo duro como un guerrero de la cultura con una ideología conservadora, el de los poderosos.
No obstante, Brasil tiene una composición socioeconómica compleja y los factores en juego son demasiado difíciles de apreciar con esta maniqueísta simplificación.
Las debilidades de Lula
Tras 13 años bajo el gobierno del PT, Brasil se encontraba en un estado tan malo que los votantes recurrieron a Bolsonaro en 2018.
Pese a lo que se dice de Bolsonaro, la verdad es que nunca en la historia de Brasil ha habido una mayor destrucción de la selva tropical que bajo Lula.
Hasta el día de hoy, su participación en los grandes escándalos de corrupción de Odebrecht y Petrobras no ha sido debidamente investigada.
Su decisión de que Brasil fuera sede del Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos, mientras los hospitales y las escuelas del país se deterioraban, provocó graves problemas económicos y tensiones sociales.
También se debe criticar a Lula su apoyo a los regímenes de izquierda brutalmente opresores de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Y las de Bolsonaro
Bolsonaro, ha relajado las restricciones a la compra de armas y municiones y ha debilitado la supervisión de los delitos medioambientales en la selva amazónica. Lo que, según los críticos, ha provocado la peor deforestación del bioma en 15 años y un aumento de los incendios provocados por el hombre.
Bolsonaro se opone abiertamente a la legalización del aborto y de las drogas.
El favor de la iglesia
La mayoría de las agrupaciones evangélicas han adoptado una postura clara a favor de Bolsonaro.
En un momento en que los líderes evangélicos son mayoritariamente bolsonaristas, la neutralidad de Agua Blanca es un alternativa para ese tercio de creyentes que votó por Luiz Inácio Lula da Silva en primera vuelta.
Formado en su mayoría por mujeres jóvenes, muchas de ellas negras, la Iglesia Bautista de Agua Blanca, en São Paulo, (donde hay más rock que sermón) , está con Lula.
En conclusión
Esta campaña se ha caracterizado por un discurso agresivo que distrae la atención de los problemas reales.
Lo que evitó debates muy necesarios sobre las causas profundas de los problemas de Brasil. A los que han contribuido los dos candidatos.
Lo cierto es que los brasileños están a días de elegir su presidente . ¿A quién? ¡A un populista! cuyo nombre se conocerá tres días.
Aunque la historia de las elecciones presidenciales en Brasil, desde el retorno a la democracia, no es favorable para los que terminan la primera vuelta en segundo lugar.
Fuente: Agencias