“Confío en que van a elegir al que mejor nos represente”, dijo, tras lo cual advirtió: “Nunca más vamos a tener una marioneta que nos represente".
La noticia sorprendió e impactó en todo el mundo político. Macri no adelantó su anuncio en la fiesta de casamiento de María Eugenia Vidal, que se hizo anoche en San Antonio de Areco.
Su decisión permitirá ordenar la interna del PRO, trabada por la sensación de que podía postularse y competir en las PASO con Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Vidal ya había anticipado que iba a desistir de su candidatura si el ex mandatario se lanzaba para volver a la Casa Rosada.
Críticas contra Fernández
En su mensaje, Macri insistió en sus críticas contra el Gobierno al apuntar que “estamos a la deriva, sin conducción, aislados del mundo, solos” y destacó: “Tenemos que estar muy atentos porque en situaciones difíciles enseguida salimos a buscar una personalidad mesiánica que nos dé seguridad. Juntos por el Cambio ha logrado superar esa falsa ilusión del individuo salvador. Lo hemos hecho siempre manteniendo la unidad, a pesar de los momentos complejos que hemos transitado.
Lo estamos demostrando con la gran cantidad de dirigentes nuevos, competitivos y diferentes que tenemos hoy. Estoy convencido de que ese es el equipo que la Argentina necesita para comenzar el nuevo ciclo”.
El ex presidente fue insistente en cuestionar “el liderazgo paternalista” que se instaló en la Argentina “desde hace 80 años” y aseguró: “Nunca creí en ese modelo porque se fundamenta en el caudillismo, se fundamenta en el capitalismo de amigos y en una forma autoritaria de gobernar. Yo creo en los individuos, en ustedes, trabajando en conjunto”.
En conclusión
“Sé que millones de personas tienen el deseo de que volvamos a trabajar juntos en la dirección que comenzamos allá por 2015, una dirección que tristemente se interrumpió en 2019, pero ¿cómo llegamos a estar así? -se preguntó Macri-. Son muchas las razones, pero quiero plantear una que venimos repitiendo hace décadas. Hace casi 80 años una parte importante de la sociedad argentina elegió creer en líderes messiánicos, personajes que supuestamente nos salvarían y nos llevarían a una vida mejor. Muchos argentinos de una fe depositaron sus esperanzas en ellos y les dieron la responsabilidad de producir los cambios que se necesitaban. Pero este tipo de liderazgo terminó siendo muy danino para el país. Les dio un poder desproporcionado a personas tan falibles como cualquiera”.
Fuente: Infobae