"El camino es escucharnos, dialogar y sumar", dijo el Presidente en un acto en La Matanza; fue una respuesta a las virulentas críticas de la marcha de la "resistencia" kirchnerista; lo acompañó Vidal
Una neblina matinal inoportuna estuvo a punto de complicar sus planes. Finalmente, y tres horas después de lo previsto originalmente, el presidente Mauricio Macri logró pisar por primera vez La Matanza desde el inicio de su mandato. La agenda oficial indicaba la presentación de la ampliación de la planta de una embotelladora nacional, pero el Presidente no se olvidó, en su paso por el principal bastión kirchnerista, de fustigar el espíritu de la marcha en su contra organizada por el cristinismo y Hebe de Bonafini, el sábado en la Plaza de Mayo.
"Para aquellos [a los] que sigo viendo a diario enojados, queriendo pelear, confrontar, les quiero decir que necesitamos que todos nos demos la oportunidad. Que podemos estar equivocados y que si la mayoría hemos decidido un cambio en democracia es porque creemos que es porque hay un futuro mejor para todos y que el camino no es agredir y confrontar", dijo el Presidente. El sábado, Bonafini había calificado a Macri de "enemigo" y afirmó que se iba a "caer solo", en un acto del que participaron el diputado Máximo Kirchner y la cúpula de la agrupación La Cámpora.
"El camino es escucharnos, dialogar y sumar, no agredir y confrontar. En eso creemos como gobierno y eso es lo que quiere la gran mayoría en este lindo país", afirmó Macri, rodeado de operarios de la fábrica Manaos, acompañado por la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y con la intendenta kirchnerista Verónica Magario sentada en primera fila.
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Un rato antes, el Presidente pareció referirse a la ex presidenta Cristina Kirchner al cuestionar el método de liderazgo. "Tenemos que creer que se puede, que hay un camino de progreso compartido que hemos comenzado a recorrer, pero que no se basa en un líder iluminado y mesiánico que le va a decir todo lo que tiene que hacer cada uno de ustedes, sino que se basa en el aporte que podemos hacer cada uno de los argentinos", dijo el Presidente.
Fue la primera reacción pública del Presidente luego de los virulentos discursos del sábado, en los que varios oradores compararon a Macri con la última dictadura militar y llamaron a la "resistencia". En las últimas horas, los ministros del Interior (Rogelio Frigerio) y de Seguridad (Patricia Bullrich) cuestionaron esa postura y afirmaron que esos sectores "buscan el fin del Gobierno".
Apuesta territorial
Más allá de la respuesta, Macri y Vidal encararon un contraataque en territorio peronista. La primera fue la gobernadora, que afirmó: "La Matanza no es del Presidente, ni de la intendenta, ni de una gobernadora. Es de sus vecinos", dijo la gobernadora. Y de inmediato, en tono casi electoral, agregó una frase que le gustó al Presidente. "Vamos a quedarnos en La Matanza, a decir presente, como en cada uno de los lugares de la provincia", desafió Vidal mirando al auditorio, donde el folklorista Oscar "Chaqueño" Palavecino (figura de la marca de gaseosa) se mezclaba con el hombre fuerte del PJ matancero, Fernando Espinoza.
"Cuando la gobernadora dice que vinimos a La Matanza a quedarnos, a estar cerca y resolver, eso es así. Es un compromiso no sólo de su gobierno, sino del gobierno nacional, que se extiende a todo el país", completó el Presidente. Por estos días, el bloque Cambiemos en la Legislatura bonaerense apoya el proyecto de diputados de GEN para dividir en cuatro La Matanza, un proyecto que eriza la piel del kirchnerismo gobernante.
La pelea con los gremios, en especial los docentes, que en la provincia pelean por la reapertura de las paritarias, también estuvo presente en los diez minutos que duró el discurso presidencial.
"Hay que comprometerse, como se comprometieron los gobernadores para mejorar la calidad de la educación. Por eso nos cuesta entender cuando caen en los paros, que lo único que hacen es afectar más ese compromiso de crearles herramientas a nuestros chicos para que tengan realmente acceso a un mejor futuro", agregó el Presidente.
La apuesta por la provincia, escenario de la penúltima aparición del Presidente antes de su viaje a Qatar y China (hoy estará en Tecnópolis y a la tarde emprenderá su vuelo), llega en un momento delicado del Gobierno, con una caída de la imagen presidencial en el principal distrito del país, tal como reconocen por lo bajo funcionarios cercanos a Macri.
Ni Vidal ni Macri se refirieron a la sucesión de amenazas de muerte sufridas en las últimas semanas por los miembros de las administraciones nacional y provincial, aunque más de un funcionario relacionó estos hechos con sectores del gobierno anterior.
Con información de La Nación.