El presidente de Argentina, Mauricio Macri desayunó ayer martes en la Quinta de Olivos con seis gobernadores peronistas, un vice y otros dos mandatarios de partidos provinciales, en un intento de madrugar con un apoyo previo al debate por la reforma política impulsada por el Gobierno unas horas más tarde, en el Senado.
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La foto y las palabras coincidentes a favor de la implementación de la boleta única electrónica dejaron satisfecho al Presidente, aunque en principio no generó el efecto esperado en el Congreso: las diferencias dejaron la firma del dictamen para mañana, y en la Casa Rosada ya descuentan que habrá modificaciones a lo aprobado por Diputados.
“Esto tiene que salir, tenemos que ir para adelante. Hay un microclima en la política, pero la gente está muy a favor”, buscó Macri transmitir su ímpetu por la reforma a Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco), Mario Das Neves (Chubut), Hugo Passalacqua (Misiones), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Alberto Weretilneck (Rió Negro) y Omar Gutiérrez (Neuquén) y al vicegobernador Adán Bahl (Entre Ríos). “Está obsesionado con la sanción, da la impresión de que es un tema hasta personal. Quiere dejar la impronta de cambiar el proceso electoral”, dijo a Clarín uno de los asistentes.
Rogelio Frigerio -ministro del Interior- y Sebastián García De Luca, su segundo, venían trabajando en el encuentro desde la semana pasada: consiguieron el apoyo de los mandatarios con diálogo más fluido con la Casa Rosada, aunque de ese grupo no asistieron Sergio Uñac (San Juan) y Sergio Casas (La Rioja). Del resto el macrismo ubica entre los más refractarios a la reforma a Gildo Insfrán (Formosa), Juan Manzur (Tucumán), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Claudia Abdala (Santiago del Estero), y entre los propios el correntino Ricardo Colombi no se expresó, acaso por las elecciones a gobernador en esa provincia el año próximo.
Luego de una reunión con Miguel Pichetto, jefe del bloque de senadores peronistas, Frigerio se llevó la certeza de que mañana se firmará el dictamen y que la semana próxima se tratará en el recinto. También de que habrá modificaciones, por lo que el proyecto tendrá que volver a Diputados y Macri deberá llamar a extraordinarias.
Hasta qué punto llegarán esos cambios genera preocupación en el Gobierno. El macrismo se mostró dispuesto a aceptar la implementación gradual, el plan de contingencia, un mecanismo distinto para definir las fórmulas presidenciales y otra redacción para la paridad de género, pero advirtió que “no es negociable” la eliminación del conteo electrónico.
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Pichetto convocará el martes a los gobernadores del PJ, los que asistieron ayer a Olivos y al resto, para intentar acordar una posición común. “Creo que vamos a tener ley antes de fin de año y a poder votar de otra manera en 2017”, confió Adrián Pérez, involucrado en el proyecto desde el verano.
Con información de Clarín