Macron cierra la escuela para políticos más destacada de Europa, la ENA destinada para altos funcionarios. La sustituye por otra que garantice la diversidad y sea un mejor espejo de la sociedad francesa.
El Político
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, decidió suprimir la Escuela Nacional de Administración (ENA), donde se han formado líderes políticos, incluído él, pues terminó siendo excluyente, elitesca y conformó una "nobleza republicana".
Los "enarcas" han copado durante decenios los puestos más prestigiosos y bien pagados de las administraciones y de algunas grandes empresas estatales.
La escuela era un trampolín perfecto, un seguro de vida, y un modo de perpetuar una clase dominante. Era tradición, en ciertas familias que varias generaciones estudiaran en la ENA.
Academia sin pobres
Francia dejará de tener una “nobleza de Estado”, término acuñado por el sociólogo Pierre Bourdieu hace 60 años, al suprimir la Escuela Nacional de Administración (ENA).
Los egresados de ENA se hacen llamar los "enarcas", pero otros los llaman los "enanos", en rechazo a la actitud prepotente que suelen mostrar los egresados de la prestigiosa academia.
Escuela de Administración Pública
La EAP está concebida como un centro de formación no solo para la cúpula del Estado y con métodos de discriminación positiva en su acceso para que se garantice la diversidad y sea un mejor espejo de la sociedad.
En la Escuela Nacional de Administración (ENA) se han formado líderes, entre ellos cuatro presidentes de la República, y nueve primeros ministros, como el actual Jean Castex y su predecesor, Édouard Philippe.
Según Macron, la ENA será reemplazada por la futura Escuela de Administración Pública (EAP).
Prestigio de ENA
Esta escuela primero estuvo en París y luego se trasladó a Estrasburgo, en un intento por quitarle un poco el pedigrí clasista parisino.
En realidad, pocas cosas cambiaron. En la promoción 2019-2020 solo había el hijo de un obrero entre sus 82 alumnos.
Los hijos de agricultores, operarios o funcionarios de bajo rango han sido raros en la ENA, pese a contar con un teórico sistema de acceso por méritos.
Eso alimentó los resentimientos y las sospechas.
Cuestionamientos a ENA
Hacía ya mucho tiempo que la ENA era cuestionada. Macron, que se diplomó en la escuela en el 2004, no era en principio partidario de eliminarla.
Pero el presidente francés cambió de opinión a raíz de la revuelta de los chalecos amarillos en el 2019. Había que dar una señal clara sobre la voluntad de cambio, de más justicia e igualdad de oportunidades.
Más de 70 años
La ENA fue creada por el expresidente francés, el general Charles de Gaulle, en 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial.
Había urgencia, tras los años de ocupación alemana y de régimen colaboracionista de Vichy, de formar cuadros administrativos de alto nivel comprometidos con la democracia y el Estado de derecho.
Era un proyecto idealista, de reforma profunda, modernizador, pero con el tiempo un grupo de familias poderosas se apropió de la institución
Funcionarios bien formados
En efecto, el extraordinario progreso francés en los llamados Treinta Gloriosos, los tres decenios desde el final de la guerra hasta la crisis de los años setenta, se basó en buena parte en un Estado eficiente con altos funcionarios bien formados.
El problema es que se enquistó una casta, ahora impopular. Está por ver si la reforma prevista será real o puro maquillaje, si la nueva escuela plasmará un nuevo espíritu o será otra ENA rebautizada.
O al menos que ya no sea para una casta con un sello tan ostentosamente elitista.
Un nuevo sistema de reclutamiento
El presidente realizó el anuncio por videoconferencia a una selección de 600 altos cargos de todas las ramas de la Administración, a los que explicó que el Gobierno creará un nuevo Instituto del Servicio Público (ISP) cuyos reclutamiento, funcionamiento y formación serán más modernos y adaptados a las necesidades de la sociedad.
"Hay que reconstruir" el sistema, afirmó Macron, quien prometió que el ISP funcionará con "una selección más abierta" que permitirá reclutar "perfiles menos determinados socialmente", pero manteniendo la "excelencia" de la formación para conseguir una Administración "más próxima y más humana".
Se trata de "evitar el favoritismo" en favor de la "meritocracia y la eficacia", a fin de generar "más confianza en una Administración modernizada", explicaron fuentes del Elíseo.
Enarcas motor de los cambios
No son nuevos los intentos de reformar la Escuela Nacional de Administración. El presidente Jacques Chirac, que era enarca, ya proclamaba en los años noventa que la ENA era “el símbolo de una élite que ha fracasado” y de “una casta que se coopta”.
Los propios enarcas han sido un motor de la reforma de una institución educativa particular. Los alumnos son funcionarios en prácticas con sueldo y es más conocida por las oposiciones de ingreso y la clasificación final que por el nivel de la enseñanza.
Promoción de Macron tomó medidas
En la década pasada la promoción de Macrón intentó acabar con la clasificación final, que encamina a los quince primeros a los llamados ‘grandes cuerpos del Estado’. Se trata, del Consejo de Estado, el Tribunal de Cuentas y la Inspección de Finanzas. Macron eligió este último.
Sus planes para suprimir la ENA —o refundarla, o reformarla bajo otro nombre— van acompañados de una iniciativa para reformar el sistema de los ‘grandes cuerpos del Estado’.
Fuente: El País