Nicolás Maduro, quien juró para un tercer mandato en Venezuela tras su cuestionada reelección, alertó este miércoles ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) del “fin de la globalización occidental”, como consecuencia, señaló, de la guerra comercial.
“La agresión es contra el mundo entero. La guerra comercial, económica, arancelaria contra 180 países del mundo ha desatado lo que se puede calificar hoy como el fin de la globalización occidental”, dijo Maduro, durante su intervención desde Caracas por videoconferencia en la IX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac, que se celebra en Honduras.
El líder del chavismo, tras denunciar que “amenazas” contra su seguridad impidieron su viaje a Tegucigalpa, dijo que ha quedado “herido de muerte el derecho comercial económico internacional público”, además de los “acuerdos bilaterales y multilaterales en materia de comercio”.
En ese sentido, expresó que “ha quedado sepultada, bajo los misiles de la guerra arancelaria”, la Organización Mundial del Comercio (OMC).
A su juicio, “quiere imponerse a contrapelo un modelo hegemónico, económico, comercial que, sencillamente, ponga fin al mundo multipolar que ha nacido en las últimas décadas con el desarrollo” de “nuevas potencias, de nuevos países y de nuevas regiones”.
Asimismo, Maduro reiteró su denuncia sobre la “agresión multiforme” de la que, aseveró, son víctimas naciones como Cuba, Nicaragua y Venezuela, con “las sanciones y las medidas coercitivas unilaterales criminales” contra la economía y “la vida social” de estos países.
Por tanto, el líder chavista subrayó que la unión de los pueblos latinoamericanos y caribeños “tiene que reinventarse y adaptarse de manera creadora a los tiempos que están en pleno proceso de desarrollo”.
Previamente, a través de un mensaje en Telegram, el canciller venezolano, Yván Gil -que viajó a Honduras en representación de la Administración de Maduro-, dijo que, durante el encuentro, la delegación que encabezó abogó por la protección de los pueblos de la región frente a las “imposiciones arbitrarias y perjudiciales” de Estados Unidos.
La cita regional en Tegucigalpa se produce en medio de una complicada coyuntura política, social y económica para Latinoamérica, que llega fragmentada a este encuentro y sin una estrategia común frente a las nuevas presiones de Washington.
La guerra comercial declarada por EE.UU. golpea de lleno a la región de Latinoamérica y el Caribe, con aranceles del 10 % para la mayoría de los países, con excepción de Venezuela y Nicaragua, que tendrán tasas más elevadas, del 15 y el 18 %, respectivamente, o Guyana, con un 38 %.