El régimen de Nicolás Maduro ordenó este miércoles la expulsión de la embajadora de la Unión Europea (UE), Isabel Brilhante, a quien le dio 72 horas para abandonar el territorio venezolano, en represalia contra las últimas sanciones del bloque a 19 funcionarios del chavismo.
El Político
“Por decisión del presidente Nicolás Maduro, le hemos entregado en sus manos, a la señora Isabelle Brilhante, quien en los últimos años fue la jefa de la delegación de la Unión Europea, en Venezuela, la declaratoria como persona no grata”, indicó el canciller en conferencia de prensa.
En la víspera, la Asamblea Nacional, aprobó un “acuerdo de repudio” contra las sanciones y planteó “exhortar” al Poder Ejecutivo a expulsar a la diplomática, reportó DW.
#Ahora Canciller Jorge Arreaza entrega una carta de persona non grata a la embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Isabel Brilhante Pedroza, en respuesta a las "sanciones" emitidas contra funcionarios venezolanos, entre ellos, la presidenta del CNE.pic.twitter.com/bvOBBoFAqX
— Misión Verdad (@Mision_Verdad) February 24, 2021
UE lamentó la decisión
La Unión Europea pidió este miércoles al régimen de Maduro que revierta la expulsión de su embajadora en Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa, y advirtió que no hacerlo “no hará más que aislar” al país en el plano internacional.
“La Unión Europea lamenta profundamente esta decisión”, agregó en una declaración a la agencia EFE la portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Nabila Massarili.
“Venezuela solo superará su crisis actual a través de la negociación y el diálogo, al que la UE está completamente comprometida”, agregó. Pero aclaró que la expulsión “socava” esa voluntad de cooperación.
Durante el mediodía del miércoles, el régimen de Maduro dio a Brilhante 72 horas para abandonar el país caribeño, en lo que representa una represalia a las sanciones a los 19 funcionarios de la dictadura impuestas el 22 de febrero por “graves violaciones de los derechos humanos” y “socavar la democracia”.
Pedido de reflexión a la UE
Jorge Arreaza entregó el documento a Brilhante en la sede de la Cancillería, luego que el Legislativo emplazara al Ejecutivo a tomar esta medida al considerar que la UE hace injerencia en asuntos internos.
El canciller sostuvo un encuentro privado con Brilhante que duró cerca de una hora y que sirvió para, dijo, explicarle "el irrespeto a la Constitución" que suponen las sanciones europeas contra altas autoridades de Venezuela. "Hemos llamado la atención (de la UE) ojalá que haya una evaluación sosegada (…) que hagan un proceso de análisis reflexivo, que puedan deponer esas actitudes injerencistas y prepotentes", prosiguió el canciller.
Arreaza también espera que el bloque europeo "deje de ser un apéndice de la élite dominante", en alusión a Estados Unidos; y que "aprenda a respetar a los países independientes". No obstante, afirmó tener esperanzas para que en el futuro se puedan "reconstruir los puentes de entendimiento y diálogo" entre Venezuela y la UE que; añadió, ha aprobado 55 paquetes de sanciones económicas en los últimos años.
Sanciones contra chavistas
En concreto, las sanciones implican la congelación de activos y la prohibición de viaje para los alcanzados. Afecta entre otros al comandante de policía Remigio Ceballos; al gobernador del estado de Zulia, Omar José Prieto; la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Indira Alfonzo, y dos diputados de la Asamblea Nacional.
Con esto, asciende a 55 el número de venezolanos que son objeto de sanciones de la UE. La lista incluye a la vicepresidenta Delcy Rodríguez y a Diosdado Cabello; número dos del dictador Maduro.
Las medidas fueron implementadas en reacción a las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre; boicoteadas y calificadas de fraude por los principales partidos políticos de oposición y desconocidas por Estados Unidos; la Unión Europea y varios países de América Latina.
Esta es la segunda vez que el régimen ordena la expulsión de Brilhante. La primera tuvo lugar en junio de 2020; pero en ese entonces Caracas dejó sin efecto la decisión argumentando la necesidad de mantener relaciones diplomáticas.