El Departamento de Defensa de Estados Unidos desplegó 700 marines en la ciudad de Los Ángeles con el objetivo de reforzar la protección de edificios federales y salvaguardar al personal de agencias como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta medida llega en medio de una creciente ola de protestas y disturbios relacionados con las recientes redadas migratorias ordenadas por la administración de Donald Trump.
El anuncio del despliegue fue confirmado por el Pentágono y se suma a la presencia de casi 5,000 efectivos de la Guardia Nacional que ya se encuentran en la ciudad o han sido autorizados para intervenir.
Los marines, provenientes del 2° Batallón del 7° Regimiento con base en Twentynine Palms, California, tienen la misión de proteger instalaciones federales y apoyar a las autoridades locales en el mantenimiento del orden público.
La decisión de movilizar tropas se produce tras varios días de manifestaciones masivas en Los Ángeles, donde miles de personas han salido a las calles para protestar contra las redadas migratorias.
Las protestas han derivado en bloqueos de autopistas, incendios de vehículos y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Según reportes oficiales, al menos 40 personas han sido detenidas en los últimos días.
El presidente Donald Trump, a través de su cuenta en Truth Social, confirmó que dio instrucciones directas al secretario de Defensa para “tomar todas las medidas necesarias para poner fin a estos disturbios migratorios”. Trump argumentó que la intervención militar es necesaria para restablecer el orden y proteger la seguridad federal ante lo que calificó como una “invasión migratoria”.
La respuesta federal ha generado una fuerte reacción en el ámbito político local. El gobernador de California, Gavin Newsom, criticó duramente la decisión y la calificó como un acto autoritario que atenta contra la soberanía del estado.
En detalle
Por su parte, el fiscal general de California, Rob Bonta, anunció que el estado emprenderá acciones legales para frenar el uso de la Guardia Nacional y buscará una orden judicial que declare ilegal el despliegue de tropas federales en territorio californiano.
Mientras tanto, la presencia militar y policial en el centro de Los Ángeles es visible y ha cambiado la dinámica habitual de la ciudad. Aunque la mañana del lunes las calles permanecían relativamente tranquilas, el ambiente sigue tenso y marcado por la incertidumbre sobre el desarrollo de las próximas jornadas.
Las autoridades han advertido que los operativos migratorios continuarán al menos durante un mes más.
El despliegue de marines en suelo estadounidense ha reavivado el debate sobre los límites legales y constitucionales de la intervención militar en asuntos de orden público interno.
La Ley Posse Comitatus, que restringe el uso de las fuerzas armadas en tareas policiales dentro del país, está en el centro de la discusión. Funcionarios federales insisten en que los marines solo protegerán instalaciones y personal federal y no tendrán contacto directo con los manifestantes, aunque han recibido entrenamiento en control de multitudes.
El escenario en Los Ángeles refleja la complejidad del momento político y social que vive el país, donde las tensiones migratorias y las respuestas del gobierno federal han provocado una reacción en cadena en distintos niveles de la sociedad. La situación sigue en desarrollo y mantiene en vilo tanto a autoridades como a la ciudadanía, que observa con atención los siguientes pasos de una crisis que, por ahora, no tiene una solución clara a la vista.