Normalmente, las elecciones para un puesto en la Corte Suprema de Wisconsin, en el Medio Oeste de Estados Unidos, no llamarían la atención excepto para unos pocos habitantes de dicha entidad federal. Después de todo, apenas está en juego un cargo de un organismo colegiado cuyas decisiones por lo general solo afectan a las menos de seis millones de personas en aquel estado.
Alejandro Armas/El Político
Sin embargo, con una iteración de esos comicios la semana pasado ocurrió exactamente lo contrario. No se diga que llamó la atención de la ciudadanía a lo largo y ancho del país. Pero sí ocurrió con las elites políticas y comunicacionales.
La ganadora resultó ser Janet Protasiewicz, candidata afín al reformismo social. Derrotó cómodamente a su rival conservador. Daniel Kelly. Ahora bien, si estas elecciones que normalmente pasan desapercibidas esta vez son tan llamativas, es porque nos dicen algo de la política estadounidense en general. Veamos.
Un fallo que salió caro
Pudiera decirse que la elección popular de jueces va en contra de la filosofía judicial estadounidense, al menos a nivel federal. Porque la idea es que haya funcionarios independientes de los vaivenes de los votantes. Obviando lo anterior, y dado que los magistrados no hacen leyes, sino que las interpretan, se pudiera pensar que los candidatos deberían hacer gala de sus conocimientos de Derecho, más que de sus posturas ideológicas.
Una vez más, esta vez ocurrió lo contrario. La contienda estuvo fuertemente marcada por las opiniones políticas de los contendientes. El aborto fue sobre todo un tema muy recurrente. La mayoría conservadora actual en la corte se hubiera mantenido de haber ganado el abanderado de derecha. Se hubiera preservado así una ley que prohíbe el aborto en casi toda circunstancia.
Pero Protasiewicz enfatizó sus opiniones favorables al aborto y ganó. Ahora, la corte tendrá una mayoría reformista que pudiera acabar con la ley anti aborto del estado.
Esto es otra señal de que, muy a pesar de que la derecha estadounidense se llenó de júbilo por el fallo de la Corte Suprema (la nacional) que eliminó el derecho al aborto a nivel federal, la misma sigue afectando negativamente a sus candidatos. Por su impopularidad. Ya hubo muestras de ello en Kansas el año pasado. Ahora el fenómeno se repite.
Implicaciones mayúsculas
El interés nacional en estos comicios de Wisconsin fue mucho más allá de lo retórico. Hubo donaciones cuantiosas para ambos candidatos desde afuera del estado. Esta fue la elección judicial más costosa en toda la historia de EE.UU.
Para muchos, el destino político de todo el país bien pudiera depender del resultado. Wisconsin fue de los estados en los que el expresidente Donald Trump ganó por estrechísimo margen las presidenciales de 2016. Y que le confirieron la entrada a la Casa Blanca.
En 2020 en cambio, también por una brecha muy corta, perdió. Pero cantó fraude y pidió a la Corte Suprema del estado que revierta el resultado. Este fue el único tribunal regional que aceptó evaluar un pedido de Trump de esta índole (el entonces mandatario hizo lo mismo en otros estados). Pero al final, con diferencia de un solo voto entre sus jueces, rechazó la solicitud.
De haber ganado la semana pasada Kelly, considerado cercano al trumpismo, nada hubiera garantizado en las presidenciales de 2024 el mismo desenlace si se repitieran las circunstancias de 2020. Su derrota ingresa a la larga lista de recientes candidatos perdedores vistos como cercanos al conservadurismo extremo. Malas noticias para un Trump que aspira nuevamente a la presidencia.