Cuando trascendió que emisarios de la Casa Blanca sostuvieron una reunión en Caracas con varios de los máximos jerarcas del chavismo hace unos meses, hubo una reacción bastante ruidosa en Washington. Tal vez más que lo que los involucrados esperaban, considerando la poca importancia de Venezuela para la política estadounidense.
Alejandro Armas/El Político
Sobre todo republicanos en el Congreso, pero también algunos demócratas, criticaron el escenario hipotético de una aproximación hacia el chavismo. Uno en el que las sanciones sobre él serían aliviadas o eliminadas. Desde entonces, no ha habido nuevas reuniones, y el Ejecutivo reafirmó que mantendrá las medidas punitivas hasta tanto el régimen venezolano no dé pasos hacia el retorno de la democracia.
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Peligro electoral
Justo ahora, Biden y su partido tienen una gran preocupación. A saber, el gobierno se ha vuelto bastante impopular entre los ciudadanos, y hay una alta probabilidad de que los republicanos tomen el control del Congreso en los comicios de noviembre. Una mayoría opositora sepultaría buena parte de la agenda presidencial.
De manera que los demócratas no pueden darse el lujo de perder muchos escaños. Los estados péndulo, sin una tendencia constante a favorecer un partido, son los que más les interesan. Florida es uno de esos estados. Ahí vive una nutrida comunidad de cubanos y sus descendientes, a la que ahora se agrega en menor escala una parte del éxodo venezolano, que son férreos detractores de los regímenes de izquierda en sus países de origen.
En las elecciones de 2020, el entonces presidente Donald Trump tuvo un progreso notable entre los votantes hispanos de Miami. Ello probablemente tuvo que ver con el hecho de que su campaña identificara a los demócratas como "socialistas" que no tendrían mano dura con las dictaduras latinoamericanas de izquierda.
Biden pudiera temer que cualquier relajación de las sanciones sobre el chavismo genere repudio severo por esos votantes. Ello a su vez pudiera contribuir a perder curules en noviembre.
Plomo al ala
La semana pasada, un grupo de congresistas del ala más izquierdista del Partido Demócrata escribió una carta a Biden. En la misiva le pidieron eliminar las sanciones contra el chavismo, aduciendo que habían agravado la crisis humanitaria en Venezuela.
No pasó mucho tiempo para que en la acera del frente lo notaran. El senador Marco Rubio, quien está en campaña para su elección, denunció que el documento es un adelanto de lo que la Casa Blanca ya decidió. En realidad es poco probable que Biden relaje las sanciones, por lo expuesto anteriormente, al menos hasta la elecciones.
Sin embargo, es probable que el efecto ya haya surtido en Florida y que la dichosa carta haga a los demócratas perder puntos entre los votantes de ese estado.
