Al Presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, no se le fue tildar de flaco en perseverancia. Luego de quedar dos veces seguidas de segundo lugar en elecciones presidenciales, pasó por una nariz a la segunda ronda en 2021 y entonces triunfó.
Alejandro Armas/El Político
Pero ahora, ese gobierno que buscó por tanto tiempo está en peligro de fin prematuro. Desde hace casi dos semanas, una oleada de protestas agita Quito y otras ciudades ecuatorianas. La peor pesadilla de cualquier mandatario en Ecuador, donde varios de sus predecesores fueron derrocados en medio de manifestaciones similares.
¿Correrá Lasso la misma suerte? ¿O tiene elementos que lo hagan más sólido? Veamos.
Los hechos
Las protestas son protagonizadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), una asociación promotora de intereses amerindios. Cuentan además con el respaldo de grupos estudiantiles y de trabajadores. El detonante fue el aumento del precio del combustible. Los manifestantes exigen que se reduzca, así como otras medidas que aminoren el costo de la vida.
Varias de las protestas se han transformado en disturbios violentos y choques con la policía. Al menos una persona ha muerto como producto de estos enfrentamientos. También ha habido decenas de heridos y detenidos.
El gobierno de Lasso respondió con llamados al diálogo y algunas medidas de ayuda social, como aumentar el subsidio a las familias más pobres, según reseñó BBC Mundo. Pero al momento de publicarse este artículo, no ha actuado con respecto al precio de la gasolina.
En paralelo, el Presidente condenó a quienes “buscan el caos”. También acusó a algunos manifestantes de aspirar a tumbar su gobierno.
Precedentes repetitivos
Ecuador ha sido uno de los países más políticamente inestables de América del Sur, tanto en el siglo XX como en lo que va de siglo XXI. En el año 2000 protestas, igualmente protagonizadas por la Conaie devinieron en un golpe de Estado que derrocó al presidente Jamil Mahuad. Cinco años más tarde, el gobierno de Lucio Gutiérrez acabó en medio de otro ciclo de manifestaciones.
Aunque estos antecedentes son aterradores para cualquier Presidente ecuatoriano en los zapatos de Lasso, la historia tampoco dicta que las protestas siempre terminan así. En 2019, el precio de la gasolina una vez más desató la furia de la Conaie. Las manifestaciones en Quito fueron tan fuertes, que el gobierno de Lenín Moreno tuvo que reubicarse temporalmente fuera de la capital.
Por un tiempo se pensó que Moreno estaba tan perdido como Mahuad y Gutiérrez. Pero, al final, con mediación de la Organización de Naciones Unidas y la Iglesia católica, el gobierno y la Conaie llegaron a un acuerdo que puso fin a la disputa.
Si Lasso maneja su trance actual con pericia, puede que al igual que Moreno calme las aguas. Incluso sin la necesidad de salir de Quito.
¿Un punto a favor?
Puede que Lasso cuente con un as bajo la manga en caso de que la situación se agrave. Este martes su ministro de Defensa, Luis Lara, se pronunció para alertar que las protestas “ponen en serio riesgo la democracia” en su país. A los manifestantes los llamó “personas exaltadas que impiden la libre circulación”.
Lara habló en nombre de las Fuerzas Armadas ecuatorianas. El quid de la cuestión es cuán representativo es su mensaje del sentimiento generalizado de los militares. Entre 2019 y 2021, Lara fue jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., un cargo de máxima jerarquía.
El apoyo castrense pudiera ser lo que haga la diferencia entre Lasso y sus malhadados predecesores. Las protestas que acabaron con el gobierno de Mahuad contaron con el apoyo de militares.
Que todo al final se reduzca al parecer de los uniformados sonará a pretorianismo. Pero, guste o no, aún en varios países latinoamericanos las decisiones de los militares tienen un peso enorme en situaciones tensas. Una muestra reciente, justo al sur de Ecuador, fue el choque entre el entonces Presidente de Perú, Martín Vizcarra, y un Congreso que intentó destituirlo. Cuando los comandantes de las Fuerzas Armadas dieron un espaldarazo al mandatario, la crisis terminó rápidamente a favor del Ejecutivo.