Antes de conectarse por videoconferencia al Consejo Europeo, Angela Merkel ha cumplido con la protocolaria comparecencia ante el pleno del Bundestag, para recabar por adelantado el apoyo parlamentario a las posiciones que mantendrá ante los socios europeos.
El Político
La canciller ha descrito la crisis sanitaria como la mayor prueba que afronta la República Federal desde su fundación y ha reconocido que lo que está en juego es la vida humana y la cohesión social de Europa.
Se ha emocionado al reconocer el duro trago que supone para su Gobierno el hecho de tener que dictar restricciones a los derechos constitucionales, lo que ha admitido, es «un atrevimiento democrático».
También ha declarado que para la democracia son «existenciales» algunos de los derechos restringidos. Las medidas que se han adoptado para combatir el virus «no tienen un modelo histórico» que se pueda utilizar como guía, se ha disculpado, admitiendo lo estresantes que son las regulaciones para la sociedad y para el sistema democrático.
«Tal situación solo es soportable si las razones de las restricciones son aceptables para todos y transparentes», ha dicho, «por eso es muy importante que las críticas a las medidas sean permitidas y escuchadas».
Como anticipo a su intervención en el Consejo Europeo, Merkel ha dejado claro que no optará por una mutualización de la deuda ni por ningún tipo de fondo de reconstrucción que exija bonos conjuntos. Esas medidas, que ha descartado, exigirían modificaciones de los Tratados europeos, procesos legales largos y farragosos que no alcanzarían a ayudar a las urgentes necesidades impuestas por el coronanavirus. Pero sí ha mostrado su disposición a elevar la cantidad que Alemania aporta al presupuesto europeo.
«El presupuesto europeo ha sido siempre instrumento de solidaridad financiera», ha dicho, además de subrayar que es el momento de que los países europeos se planteen cómo pueden trabajar más estrechamente contra la pandemia.
«La Comisión Europea debe estudiar con rapidez en qué medida están afectados los países, porque el coronavirus afecta a todos, pero no a todos por igual», ha dicho la canciller alemana al pleno del Bundestag, y ha mencionado la indeseable «tensión social» que surgirá en la UE. «Europa no será Europa si no somos capaces ahora de trabajar juntos», han sido sus palabras, tras repetir que «a Alemania solo le irá bien a largo plazo si le va bien a la UE».
Comienzo de la pandemia
En su repaso a la situación, Merkel ha tenido palabras de recuerdo para los hospitales en cuyos países ha quedado colapsado el sistema sanitario y ha felicitado al ministro de Sanidad, Jens Spahn, por la excelente gestión de la crisis. También ha felicitado al ministro de Exteriores, Heiko Maas, por el programa de repatriación que ha permitido a miles de alemanes regresar a casa desde los más recónditos rincones del planeta
Y se le ha quebrado la voz al describir cuán frágil es la situación en las residencias de ancianos y los centros de atención de discapacitados. «Es particularmente estresante para ellos soportar la soledad y no los olvidamos, sobre todo porque hoy estamos gozando del Estado de Bienestar que ellos prepararon para nosotros», ha recordado.
«Es cruel, que aparte del personal de enfermería, que hace todo lo posible, nadie pueda estar allí cuando la fuerza se desvanece y la vida llega a su fin», ha lamentado Merkel. «Nunca olvidemos a estas personas y el aislamiento temporal en el que tienen que vivir. Ellos han construido nuestro país. Fundaron la prosperidad en la que vivimos. Son Alemania, al igual que nosotros, sus hijos y nietos. Y también estamos luchando por ellos contra el virus».
Fuente: ABC