Miles de personas se manifestaron en la capital mexicana para pedir el "despertar" de la conciencia de los ciudadanos y que se movilicen contra el alza de los precios del combustible y el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Difundida en las redes sociales como una iniciativa ciudadana y sin el apoyo de partidos políticos, la marcha se extendió por algo más de dos horas y media, hasta que los manifestantes llegaron al Zócalo, la plaza principal de la ciudad.
Al contrario de lo que normalmente se da en otras marchas, esta no estuvo encabezada por una pancarta común, aunque alrededor del céntrico monumento conocido como Ángel de la Independencia, el punto de inicio, se dispusieron grandes letreros en los que se leía "Gobierno ratero" y "Gobierno corrupto".
"Exigimos al Gobierno federal la marcha atrás del aumento de las gasolinas", declaró un manifestante por uno de los altavoces que acompañaron el recorrido.
Continuó asegurando que la gente "está enojaba; se está movilizando", contra las alzas, que entraron en vigor el pasado 1 de enero y que se mueven entre 14 % y 20 %, según el tipo de combustible.
La llamada a la acción fue una constante en los carteles que portaron los manifestantes, en los que proliferaron textos como "México despierta" o "Un pueblo que no lucha por su derecho es un derecho que no merece tenerlo".
Otros proponían medidas de rebelión ciudadana que incluían no pagar impuestos ni multas como señal de protesta.
"Espero que este ‘gasolinazo’ termine con este régimen de mentiras, opacidad, violencia, porque ellos mismos generan la violencia. Espero que México despierte y que esto se acabe", afirmó a Efe durante la marcha el capitalino Roberto Hernández.
Sobre los violentos disturbios y protestas desencadenados por el anuncio del Gobierno sobre el precio de los combustibles -en los que han muerto seis personas-, Hernández opinó que infiltrar a personas que promuevan estos incidentes es una "estrategia del priismo", en alusión al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), para "que las protestas se vean menguadas".
Por su parte, Alejandro Garrido, también de la Ciudad de México, pidió "limpiar el sistema político mexicano, depurarlo para reconstruir este país de una forma honesta".
A la pregunta lanzada por Peña Nieto de "¿Qué hubieran hecho ustedes?" en su mensaje de año nuevo para explicar que la decisión gubernamental se ha tomado para no recortar los programas sociales, Garrido contestó que hay medidas como tener varias refinerías trabajando y hacer petroquímicos propios o diversificar el comercio para "no depender nada más de Estados Unidos".
La marcha fue avanzando separada en diferentes contingentes que agrupaban estudiantes, representaciones de barrios y otras asociaciones. Durante el recorrido se fueron añadiendo otros ciudadanos que aguardaban la llegada de los manifestantes en los puntos finales del trayecto.
En el momento en el que los participantes llegaron al Zócalo se llevaban a cabo en la plaza los trabajos para desmontar la decoración y las pistas de hielo colocadas en el lugar por el Gobierno de la capital.
Ello no permitió que la plaza mostrara un aspecto repleto, pero tampoco impidió que los asistentes se agruparan frente al balcón del Palacio Nacional, sede del Ejecutivo federal, para expresar su inconformidad.
Con la mirada puesta en el edificio, los manifestantes esgrimieron su grito de "¡Fuera Peña", uno de los más recurrentes durante la protesta, y "No más miedo".
Asimismo, alzaron la voz para cargar contra la figura del presidente, a quien también recordaron que "siguen faltando 43″, en referencia a los estudiantes del sureño estado de Guerrero que desaparecieron en 2014.
En la convocatoria de la marcha, promovida en las últimas semanas en las redes sociales, se criticaba que Peña Nieto "aseguró que la reforma energética traería combustibles más baratos y resultó al revés".
"Protestemos todos, porque las familias mexicanas son las más perjudicadas con los aumentos de precios", rezaba el texto que invitaba al evento.
Con información de EFE