México enfrenta un notable descenso en la producción de gas natural mientras las importaciones alcanzan niveles récord. Este fenómeno se ha intensificado en los últimos años, reflejando una creciente dependencia del país hacia el gas importado, principalmente de Estados Unidos.
Según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), la producción promedio se situó en 3,772 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) entre enero y septiembre de 2024, lo que representa una disminución del 3.6% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este descenso se ha visto acentuado por la baja inversión en exploración y extracción, así como por el agotamiento de los campos existentes.
En julio de 2024, la producción nacional de hidrocarburos líquidos, que incluye tanto petróleo como gas natural, cayó un 4.53% en comparación con el mismo mes del año anterior.
Este descenso es parte de una tendencia más amplia que ha visto a Pemex registrar cuatro meses consecutivos con una extracción de petróleo inferior a 1.5 millones de barriles diarios, lo que también afecta la producción de gas.
Aumento en las importaciones de Gas Natural
En contraste con la caída en la producción, las importaciones mexicanas de gas natural han alcanzado cifras récord. De enero a septiembre de 2024, las importaciones desde Estados Unidos crecieron un 5.9%, alcanzando un promedio histórico de 6,537 mmpcd. Este incremento se produce a pesar del discurso del gobierno mexicano sobre la soberanía energética, lo que indica una dependencia creciente del gas importado para satisfacer las necesidades energéticas nacionales.
Desde 2018 hasta 2024, las importaciones acumuladas han aumentado un 42.3%, mientras que la producción nacional ha disminuido. En 2023, las importaciones representaron el 72.1% del consumo nacional total de gas natural, una cifra alarmante que subraya la vulnerabilidad del país ante posibles interrupciones en el suministro o fluctuaciones en los precios internacionales.
La situación actual plantea serios desafíos para México en términos de seguridad energética y sostenibilidad. La alta dependencia del gas importado expone al país a riesgos asociados con cambios en el mercado energético global y tensiones geopolíticas. Además, a medida que la demanda interna continúa creciendo y la producción local se estanca, es probable que México enfrente dificultades para garantizar un suministro estable y asequible de energía.
Mientras México lucha por aumentar su producción nacional de gas natural, las importaciones desde Estados Unidos continúan rompiendo récords, reflejando una creciente dependencia energética que podría tener implicaciones significativas para su economía y seguridad energética a largo plazo.