Las milicias del oeste de Libia iniciaron el asalto a los distritos 3 y 1 de la ciudad de Sirte, los únicos que aún quedan bajo el control de la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico.
El avance de las milicias, que abrieron varios frentes al mismo tiempo, fue contestado por los fanáticos con dos coches bomba que no causaron víctimas entre las fuerzas que participan en la operación "Al Buldan al Mahsus" (Estructura Sólida), afín al llamado gobierno unidad libio.
Unidades de infantería, armadas con armas ligeras y protegidas por fuego de mortero, cazabombarderos leales y estadounidenses así como vehículos civiles artillados y militarizados, intentan ahora penetrar por las estrechas calles de esta densa zona de casas en el que al parecer resisten unos 200 yihadistas.
Según explicaron a Efe responsables militares sobre el terreno, se espera que la operación dure "unos pocos días" y que los habitantes desplazados de Sirte puedan regresar a la ciudad antes de la celebración de la fiesta musulmana del sacrificio, prevista para septiembre.
Tres son los principales peligros a los que se enfrentan las milicias o katibas del oeste de Libia y que han retrasado el asalto a este puerto Mediterráneo.
La puntería de los que resisten, en su mayoría hombres procedentes de países del África Subsahariana como Nigeria, Chad, Mali o Sudán, pero también del norte de África, en especial egipcios, argelinos y sobre todo, tunecinos.
La cantidad de trampas que los terroristas, que son expertos combatientes, han colocado a su alrededor, sobre todo bombas artesanales y coches explosivos.
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Y lo intrincado del área a conquistar, una zona urbana con casas y callejones estrechos de unos dos kilómetros cuadrados en la que de momento los francotiradores tienen ventaja.
Además, está el problema de los civiles, en su mayoría mujeres y niños de las familias de los yihadistas pero al parecer también algunos habitantes locales que estarían retenidos contra su voluntad.
La rama libia del grupo terrorista Estado Islámico conquistó Sirte -lugar en el que nació y murió Al Gadafi- en febrero de 2015, aprovechando la disputa política entre los gobiernos del este y el oeste del país.
Hasta junio de este año, instalaron un sistema de gobierno a semejanza de califato en Siria e Irak basado en el terror pero también en la oferta de seguridad e infraestructuras a una población abandonada.
En mayo, y después de que una amenazaran públicamente con avanzar a Misrata, la poderosas milicias de esta ciudad -la tercera en importancia del país- se unieron a otras del oeste de Libia para liberar este puerto del Mediterráneo en el que nació y durante la revolución de 2011 murió apaleado Muamar al Gadafi.
Con información de EFE