A pesar de los pedidos insistentes del ministro de Economía Danilo Astori, en el Parlamento sigue sin avanzar la sanción del proyecto de ley para aplicar un impuesto a los pasivos y retiros militares de los efectivos de ingresos elevados. Por esta dilatoria, el Estado deja de recaudar cada semana unos US$ 770.000, según los cálculos hechos por el oficialismo.
La iniciativa que el Poder Ejecutivo enviara en diciembre pasado a consideración del Parlamento, calcula la recaudación anual por concepto de ese gravamen en el entorno de los US$ 40 millones.
La medida es fuertemente resistida por los colectivos de retirados de las Fuerzas Armadas bajo el alegato de que es inconstitucional gravar dos veces el mismo ingreso, ya que los retirados castrenses abonan mensualmente por su haber el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS).
Por eso, como primer paso, se intenta la creación de este impuesto que afectará a los retiros y pensiones y cuyo objetivo es equilibrar las finanzas del Servicio antes de reformarlo, algo en lo que el gobierno piensa llevar adelante en 2018.
Con información de El País de Uruguay