Disipar dudas sobre un posible enfriamiento de la cooperación petrolera entre la república islámica de Irán y Venezuela es el objetivo principal de una inusual visita al país del ministro de Petróleo de Irán, Javad Owji.
Mario Beroes/El Político
Dicha visita incluye además de recorridos por varias refinerías que, supuestamente estarían siendo reconstruidas o reparadas por técnicos persas, la firma de acuerdos energéticos entre las dos naciones, ambas sancionadas por Estados Unidos.
Sin embargo, no se sabe qué tipo de acuerdos o el contenido y operatibilidad de los mismos. Lo que está claro es que ambas naciones intentan callar los rumores sobre una futura desvinculación en los negocios petroleros de Venezuela e Irán.
De hecho, las últimas movidas de la diplomacia estadounidense para responder a la inestabilidad de los mercados petroleros afectados por la invasión rusa a Ucrania, buscó trastocar la cooperación petrolera entre Irán y Venezuela.
Sin embargo Owji y más de una docena de delegados llegaron a Caracas el sábado. De inmediato la delegación se trasladó al complejo de refinación de Paraguaná en el oeste de Venezuela con el presidente de Petróleos de Venezuela SA, Asdrúbal Chávez.
Se espera que ambos firmen acuerdos de cooperación energética esta semana, pero no hay información precisa sobre esto.
También estraña que la visita del ministro Owji haya sido agendada y pagada por el gobierno venezolano.
Sanciones golpean economías
Debido a las sanciones actualmente EEUU no importa petróleo de ninguna de las dos naciones.
Una rara reunión entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y funcionarios estadounidenses de alto rango en Caracas en marzo generó especulaciones de que el alivio de las sanciones estaba sobre la mesa para liberar los suministros de petróleo a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
Pero luego se supo que realmente dicha reunión trató la puesta en libertad de varios estadounidenses detenidos en la sede de la policía política venezolana; más cuando en dicha delegación no estuvo presente nadie vinculado al sector energético de los Estados Unidos.
Relación fragil
Venezuela e Irán han aumentado la cooperación petrolera a la luz de las sanciones de Estados Unidos. Venezuela importa condensado de Irán, clave para diluir su crudo extraespeso.
Irán también intervino para ayudar a su aliado sudamericano con ingenieros, productos refinados y repuestos para su industria petrolera.
En los últimos años, Irán designó un equipo de funcionarios que intentaron por años reactivar la maltrecha producción petrolera venezolana. Los resultados fueron realmente patéticos
En ese propósito consiguieron éxitos parciales. Sin embargo desarrollaron mecanismos de intercambio que ayudaron a los dos regímenes.
Ahora, los intereses y planes de Teherán respecto a Venezuela podrían cambiar.
En Caracas saben que si Irán renueva el acuerdo nuclear con la comunidad internacional ya no necesitará del comercio clandestino con PDVSA.
El flujo de dinero que ingresa a la teocracia como consecuencia del tráfico de petróleo se lograría con otros socios.
Irán ya estaría preparando nuevos acuerdos con países más ricos y sin sanciones. Con esas naciones mantendría negocios lícitos.
En consecuencia, el interés iraní con respecto al crudo chavista disiminuiría drásticamente.
Sin embargo, la teocracia iraní mantendría los negocios con Miraflores relacionados con lo militar en los que interviene la peligrosa Guardia Revolucionaria Islámica.
El entorno de Maduro lo ha preparado para la probabilidad de que Irán se retire de los negociados y las triangulaciones con barcos fantasmas.
También de la ayuda en la reactivación de las deterioradas refinerías de PDVSA.