Una semana después de la avalancha que mató a 315 personas, entre ellas 106 niños, la ciudad colombiana de Mocoa recuperó parcialmente sus servicios básicos, entre ellos la energía en un 60%, según anunció el sábado el presidente Juan Manuel Santos.
De acuerdo con el último reporte oficial, la cifra de fallecidos subió a 315, uno más desde el viernes. De estos, 250 han sido entregados a sus familiares, mientras 29 cadáveres fueron inhumados, en vista de que no fueron reclamados por sus familiares durante la semana.
En tanto, los desaparecidos sumaron 103, según el informe de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
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Entre ellos hay un ciudadano español y otro ecuatoriano, de acuerdo con la cancillería. Una ciudadana ecuatoriana falleció y otros 36 extranjeros fueron localizados y se encuentran sin problemas.
En lo que respecta al tema de salud, "afortunadamente esa situación está estabilizada", dijo el presidente Juan Manuel Santos, quien visitó Mocoa el sábado. Precisó que se han vacunado a más de 14 mil personas, para evitar epidemias.
El presidente Santos dio la orden el sábado por la tarde para encender una subestación eléctrica que fue transportada hacia Mocoa, y que permitirá que la energía llegue al 60% de la población. "El resto esperamos que sea la semana entrante", detalló.
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El servicio de gas también se ha restablecido en su mayoría y el agua se entrega mediante plantas potabilizadoras y carrotanques. Santos espera que en un mes la ciudad pueda tener agua potable al 100%.
Las clases escolares deberían reiniciarse después de las festividades de Semana Santa.
El alud, que se desató sobre la medianoche del viernes pasado por el desborde de tres ríos tras fuertes lluvias, afectó a unos 45.000 habitantes, de los 70.000 de Mocoa, enclavada en el selvático departamento de Putumayo, según cálculos oficiales.
La UNGRD contabiliza al menos 4.506 personas damnificadas -sin vivienda y con necesidad de ayuda humanitaria- distribuidas en albergues.
Las autoridades estiman que la reconstrucción de la ciudad amazónica puede tomar hasta dos años.
AFP