Ha muerto un hombre que si bien fue presidente de Surafrica en pleno “apartheid”, ha de pasar a la historia por tener la visión necesaria como para entender que había llegado la hora de poner fin al dominio blanco, en un país fundamentalmente negro: Frederik de Klerk.
Apolinar Martínez / El Político
Frederik de Klerk, fallecido a los 85 años, fue quien anunció, el 2 de febrero de 1990 el inminente final de la dominación blanca en Sudáfrica.
«Llegó la hora de las negociaciones», declaró por entonces en la apertura de una sesión en el Parlamento. Cuando anunció la liberación incondicional de Nelson Mandela, en prisión desde hacía 27 años, y el levantamiento de la prohibición de los partidos anti-apartheid.
Esta decisión lanzó el proceso de transición que dio lugar cuatro años más tarde a la celebración de las primeras elecciones multirraciales en la historia del país, ganadas por Mandela.
Comparte el Premio Nobel con Mandela
Los dos hombres recibieron de manera conjunta el Premio Nobel en 1993 por "sus esfuerzos tendientes a la desaparición pacífica del régimen del apartheid y al establecimiento de una nueva Sudáfrica democrática".
Veinte años más tarde, FW De Klerk estimó que su decisión había permitido evitar "una catástrofe", sacado a los blancos de su "aislamiento y su culpabilidad" y permitiendo a los negros acceder a "la dignidad y la igualdad".
FW De Klerk acompañó durante dos años la joven democracia convirtiéndose en vicepresidente del primer mandatario negro en el país. Pero renunció en 1996, reprochando que la nueva Constitución no garantizaba que los blancos pudiesen continuar compartiendo el poder.
Juicio de Mandela sobre de Klerk
Nadie mejor que el propio Mandela para juzgar a este blanco. Quien lo tuvo prisionero y después recibió junto a él, nada menos que el Nobel de la paz.
Mandela dijo en el 70º cumpleaños del último presidente blanco del país:
"Usted y yo hemos tenido nuestras divergencias, y a veces muy públicas. Sin embargo, nuestro respeto fundamental del uno por el otro, nunca disminuyó. Y, es este respeto, al margen de todas nuestras diferencias, lo que nos ha permitido (…) trabajar juntos y negociar este compromiso histórico que ha maravillado al mundo entero".
La fundación Mandela ofreció sus condolencias a la esposa e hijos de De Klerk. Citó para ellos otra frase del gran "Madiba", nombre con el que su pueblo llamaba a Nelson Mandela, sobre su relación con de Klerk.
"Si nosotros, dos hombres mayores, o envejeciendo, tenemos una lección para dar a nuestro país y al mundo, es que las soluciones de los conflictos no se pueden alcanzar si los rivales no están fundamentalmente dispuestos a aceptar la integridad del otro".