Nicolás Maduro acaba de descubrir a “América en un vaso de agua” como rezan los dichos populares, asegurando que el turismo es una de las fuentes para captar divisas convertibles en euros y yuanes, “para que esas riquezas podamos invertlas en el desarrollo económico del país”.
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Sí, la brillante afirmación y promesa se realizó en el marco de la re-inauguración del hotel Maracay, asegurando que era una “re-inauguración histórica (…) contamos con el trabajo de la empresa Marriot, una empresa estadounidense con sede en Venezuela. Gracias a esta cadena, en una asociación estratégica de ganar-ganar, hoy puedo decir que entrego este hotel para el disfrute”.
Asimismo trajo a colisión la supuesta culminación de las obras de recuperación del hotel Humbolt, el cual tiene más de 7 años en proceso de restauración, donde el régimen aprobó 22.454 millones de bolívares para finalizar su restauración empezó, en manos del actual Gobierno, en 2007 y esperaba estar lista como máximo para 2012, sin embargo, quedó en ilusiones.
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La teoría de Maduro sobre las divisas y el turismo para el desarrollo del país no es para nada errada, sin embargo, al “Presidente” se le olvida un insignificante detalle: la violencia y la inseguridad que reinan en las calles de Venezuela, donde sólo al año asesinan a más de 20 mil personas y donde el turismo ha disminuido entre los mismos ciudadanos, siendo esta una de las razones. Todo es una esfera de atracción y relación, el chavismo arruinó al país y sigue descubriendo a América en un vaso de agua.
