La economía se contraerá un 7,7% en 2020 por la crisis del nuevo coronavirus. Si se mantiene el rumbo actual, Europa vivirá una "recesión de proporciones históricas" a varias velocidades e intensidades
El Político
Tras crecer un 1,2% en 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) de las 19 economías del euro en su conjunto se contraerá un 7,7% en el presente año, antes de volver a crecer en 2021 al 6,3%, según la Comisión Europea (Bruselas) que prevé una caída dos décimas mayor que el Fondo Monetario Internacional.
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En el conjunto de la Unión Europea (UE) se anticipa un descenso del 7,4 %, según las previsiones macroeconómicas de primavera publicadas este miércoles.
La Comisión Europea, a través de un comunicado de su comisario de Economía, Paolo Gentiloni, señala que la pandemia de Covid-19 supone una gran conmoción para la economía global y de la UE, "con consecuencias socioeconómicas muy graves", y añade que, a pesar de la "rápida y exhaustiva" respuesta política en los ámbitos comunitario y nacional, la Unión Europea experimentará "una recesión de proporciones históricas" en 2020.
La Comisión asegura que la prevista bajada del 7,7 % en la eurozona (compuesta por 19 países) supone una caída "récord" del PIB. Impacto general pero desigual.
El ejecutivo comunitario subrayó que la pandemia del coronavirus ha afectado a todos los Estados miembros, pero el impacto es mayor en los países del sur de la zona euro (España, Italia y Portugal, entre otros) tanto en la contracción como en los niveles de desempleo, de deuda y déficit públicos para 2020.
El gran impacto económico
"Europa está experimentando un impacto económico sin precedentes desde la Gran Depresión. La profundidad de la recesión y la fortaleza de la recuperación serán desiguales y estarán condicionadas por la velocidad a la que se puedan levantar los confinamientos, la importancia de servicios como el turismo en cada economía y los recursos financieros de cada país", declaró el comisario Gentiloni.
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Bruselas también prevé que la tasa de desempleo crezca en la eurozona desde el 7,5 % registrado en 2019, al 9,6 % este año, si bien bajaría al 8,6 % en 2021.
Además, se contempla que la deuda y déficit fiscal crezcan tras las medidas de apoyo a empresas y trabajadores aprobadas por los gobiernos de los Estados miembros, que suponen un aumento del gasto público.
El shock los golpeará a todos
La Comisión empieza a trazar las letras que dibujarán la trayectoria de la economía europea tras el golpe de la pandemia. Por ahora, cree que recorrerá el camino de una V mayúscula e imperfecta. Y con un ángulo más agudo en España, Grecia e Italia que en Polonia, Austria y Alemania.
El Ejecutivo de la CE, presidido por Ursula von der Leyen, prevé un desplome sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial para la mayoría de las economías tanto de la zona euro, que este año reculará un 7,7%, como del resto de la UE, que en su conjunto retrocederá un 7,4%.
A pesar de andar a tientas, Bruselas sabía que la temperatura de su economía era gélida. “La actividad cayó un tercio de la noche a la mañana”, resumió Gentiloni. La Comisión por fin pudo ponerle el termómetro.
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Todo apunta a que la UE vive el peor trimestre de su historia, con un derrumbe que podría llegar al 16%. El fin de las medidas de confinamiento debería suavizar esa bajada y dejarla en el 7,7%, si bien en el escenario más adverso, Bruselas contempla una caída del Producto Interior Bruto del 15,5%.
La Comisión advierte, no obstante, de que si bien el shock es simétrico al golpear a todos por igual, no lo son ni el descenso de la actividad ni la fuerza con la que ésta se levantará en 2021.
A finales del año que viene, solo cinco países de la UE se habrán recuperado por completo y retornado a los niveles de 2019: Alemania, Austria, Eslovaquia, Croacia y Polonia. Berlín dibujará una V casi perfecta gracias a una enérgica política fiscal y unas medidas de contención más suaves.
En el otro extremo están Italia, Países Bajos y España, cuya economía se verá lastrada por su dependencia del comercio internacional. Las previsiones para España están en línea con las que el gobierno remitió a Bruselas la semana pasada: una caída del 9,4% este año para remontar un 7% el que viene si “todas las restricciones se levantan a comienzos de 2021”.
En cualquier caso, la Comisión destaca que el PIB español seguirá siendo a finales de 2021 un 3% inferior al de 2019. Lo mismo ocurrirá en Italia, con el agravante de que su economía no había regresado aún a los niveles anteriores a la caída de Lehman Brothers, en 2008.
Desigualdad en la recuperación
Bruselas explica esa desigualdad en la huella que dejará la recesión por tres factores: la velocidad de los desconfinamientos, el peso de la industria turística, que Bruselas asume que caerá a la mitad, y los recursos financieros de cada país.
Estos últimos son clave puesto que deben permitir que los Estados protejan a los trabajadores o vayan al rescate de empresas en apuros. “Esta divergencia plantea una amenaza para el mercado único y la zona euro”, advirtió Gentiloni, quien aboga por una “acción europea conjunta y decisiva”. “Debemos estar a la altura de este desafío”, añade.
A dos velocidades se moverá también el mercado laboral. Según el informe de la Comisión Europea, la zona euro dejará atrás su mejor cifra de empleo en más de una década. La tasa de paro se incrementará en 2,1 puntos, hasta el 9,6%, pero bajará al 8,6% en 2021.
Los sistemas de protección de empleo funcionarán de nuevo en Alemania, que seguirá en una situación de pleno empleo pese a la catástrofe económica con una tasa de paro del 4% este año y del 3,5% en 2021. También se limitarán los daños en los Países Bajos, Austria y la República Checa.
Subida del paro
De nuevo, Grecia (19,9%), España (18,9%), Italia (11,8%), Croacia (10,2%) y Francia (10,1%) sufrirán las mayores tasas de paro. El informe señala que ese incremento tiene que ver con las amplias tasas de temporalidad de esos países y el peso del sector turístico, aunque ambas circunstancias suelen ir de la mano.
El uso intensivo de los Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y los incrementos del gasto sanitario, a su vez, implicarán que la deuda de esos países vuelva a escalar. En especial la de España e Italia, los más afectados por la pandemia.
El déficit público español crecerá hasta el 10,1% del PIB, retrocediendo a los niveles de 2012, mientras que la deuda se enfilará al 115,6%.
Gentiloni no metió prisa a España para reducir esos números. “Las consecuencias de no haber gastado habrían sido peores”, resaltó el comisario. En cambio, sí sugirió a los países con mayores costes para endeudarse que acudan a los préstamos que se habilitarán en el fondo de rescate (Mede) al considerarlos una “oportunidad”.
Los ministros de Finanzas de la zona euro debatirán el informe en el Eurogrupo de este viernes. A nadie se le escapa que las dimensiones estimadas de la crisis deberán definir también las del plan para la recuperación de la UE.
Fuentes comunitarias no descartan que, dada esa vinculación, algún ministro pueda poner sobre la mesa un Plan Marshall europeo pese a no estar en la agenda. No en vano, los números tienen margen para empeorar. Pero también para mejorar si la realidad desborda las expectativas y, por ejemplo, se logra una vacuna antes o los veintisiete Estados de la Unión Europea logran cerrar un plan de recuperación ambicioso a tiempo.
(Con información de Deutsche Welle y El País