Ana Claudia de León, una de las activistas, dijo a El País que está "bastante mejor" y que se está alimentando bajo control médico. Diyab sigue acompañado y dejará el país a mediano plazo porque primero debe recuperarse físicamente. Su intención sigue siendo irse de Uruguay cuanto antes. De León recordó que no hay ningún impedimento legal para que lo haga.
Si finalmente dejase el país, supondría el final de la peripecia en Uruguay de Diyab, que llegó al país en diciembre de 2014 con otros cinco excautivos. Él, a diferencia de los otros, nunca aprendió español y muy pronto se mostró decepcionado porque su familia no vino al país. Su esposa, que vive con sus hijas en Turquía como refugiada, le ha dicho que no quiere venir a Uruguay. Diyab realizó una huelga de hambre de dos meses y una de sed de varios días y llegó a estar en coma. Tiene 45 años y si bien nació en Líbano, es ciudadano sirio. Llegó a Guantánamo en 2002 y realizó allí varios ayunos para protestar contra su reclusión.
Con información de El País