El municipio italiano de Norcia, en la región de Umbría, considerado en el país un modelo frente a seísmos por la calidad de sus construcciones, ha quedado severamente dañado tras el terremoto de magnitud 6,5 que azotó hoy el centro de la península.
Esa localidad ubicada a los pies de los Apeninos y famosa por su patrimonio cultural y su jamón fue puesta como ejemplo frente a posibles terremotos por las autoridades italianas en diversas ocasiones durante los últimos meses.
El pasado 27 de agosto un seísmo de 6 grados causó la muerte de 297 personas y numerosos daños en Amatrice, Accumoli y Arquata del Tronto, municipios próximos a Norcia.
Aunque Norcia, que se encontraba a pocos kilómetros del epicentro del sismo, también sintió los movimientos de la tierra no se produjeron víctimas ni heridos y sus edificios padecieron pocos daños.
El Gobierno de Matteo Renzi ha defendido desde entonces poner en marcha un plan de reconstrucción de las localidades devastadas en agosto que siguiera la línea del que fue aplicado en Norcia, cuando tras los terremotos de 1979 y 1997 se diseñó un proyecto de reedificación con sistemas antisísmicos.
Pero con los recientes seísmos y las incesantes réplicas que han sacudido esta semana el país, muchos edificios de Norcia no han aguantado.
Desde el cuerpo de Bomberos explicaron a Efe que con los terremotos del pasado 26 de octubre ya algunas edificaciones del centro se desplomaron y otras quedaron muy dañadas, aunque en pie.
Sin embargo, con este nuevo temblor, considerado por el Instituto Nacional de Geografía y Vulcanología el más potente en el país desde 1980, muchos de los bloques que se mantenían en pie se han derrumbado.
"El centro de Norcia es zona cero", dijo a Efe el portavoz de los Bomberos, Luca Cari.
Norcia, considerada meta turística por su rico patrimonio cultural, presenta daños en iglesias como la de San Benedetto, joya arquitectónica del siglo XIV y de la que ahora solo queda en pie su fachada.
También ha sufrido desprendimientos la iglesia de San Francisco y hay edificios que han quedado reducidos a escombros.
Las carreteras de acceso muestran grietas de notable grosor como consecuencia del sismo de hoy y los desplomes también se pueden ver en las murallas que rodean el municipio.
Otras casas más alejadas del centro, sin embargo, muestran algunas grietas en sus fachadas pero están enteras.
Tras los temblores del miércoles, la mayoría de la población de Norcia había sido desalojada pero algunos vecinos habían decidido quedarse en sus hogares ya que no parecían correr riesgo de caerse.
Por eso el movimiento telúrico de hoy no causó víctimas mortales aunque sí fueron rescatados bajo los escombros algunos heridos con lesiones leves que fueron atendidos por el personal sanitario o trasladados a hospitales, dijo Cari a Efe.
Es el caso de Noelia Eliza, de 89 años, que fue ayudada a salir de casa porque cuando se produjo el terremoto se encontraba durmiendo, relató a Efe.
El centro de Norcia ha sido cerrado para evitar el paso de la gente ante la inestabilidad del terreno y la mayoría de los damnificados se encuentran desde el 26 de octubre en campamentos o centros temporales donde reciben asistencia.
Los que se resistían a abandonar sus casas y que todavía hoy permanecían en Norcia cuando el terremoto les sorprendió deambulan por la zona o esperan sentados en parques y en bancos.
Algunos lloran, pero también hay otros que asumen que en esta zona de fuerte actividad sísmica estos episodios pueden suceder.
Como un señor de 80 años que prefiere no dar su nombre y que, ayudado por un bastón para andar, reconoce que ha vivido en Norcia otros seísmos anteriores.
"Vivimos aquí, ¿qué le vamos a hacer?", comenta.
Con información de: EFE