Dos informes recientes han revelado que el Pentágono y la Administración Biden ocultaron información relacionada con el origen del COVID-19 y los Juegos Militares Mundiales de Wuhan en 2019.
Estos documentos, publicados tras demandas bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA), señalan posibles conexiones entre el Instituto de Virología de Wuhan y el inicio de la pandemia.
Los informes indican que varios militares estadounidenses que participaron en los Juegos Militares en Wuhan mostraron síntomas compatibles con COVID-19 en 2019. Sin embargo, el Departamento de Defensa (DoD) no realizó pruebas ni abrió investigaciones sobre estas infecciones, a pesar de las similitudes con la enfermedad.
Un informe preparado en 2022 para responder al Congreso confirma que no se realizaron análisis para detectar el virus ni anticuerpos en los afectados.
Una fotografía del laboratorio P4 dentro del Instituto de Virología de Wuhan, después de una visita del equipo de la Organización Mundial de la Salud en Wuhan en la provincia china de Hubei el miércoles, 3 de febrero de 2021 (AP Photo/Ng Han Guan)
Informe de la DIA sobre el origen del COVID-19
Un análisis de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) publicado esta semana concluyó que las capacidades del laboratorio de Wuhan y la evaluación del genoma del virus eran coherentes con la hipótesis de que el SARS-CoV-2 fue creado artificialmente.
El documento, fechado en junio de 2020, sugiere que el virus podría haber escapado del laboratorio dirigido por Shi Zheng-li, conocida como "la mujer murciélago".
Mientras algunos organismos estadounidenses consideran plausible la hipótesis del laboratorio, otros apoyan un origen natural del virus. La Administración Biden, liderada por Anthony Fauci en temas sanitarios, descartó inicialmente la posibilidad del laboratorio como origen, lo que ha generado críticas por falta de transparencia.
Estos hallazgos reavivan el debate sobre el origen del COVID-19 y la gestión de información por parte del gobierno estadounidense.