El gobierno del presidente Barack Obama ha intensificado su presión para lograr que se celebre un referendo revocatorio contra el mandatario venezolano Nicolás Maduro, en momentos que las autoridades venezolanas han dejado en claro que no están dispuestas a permitir una votación que pudiera llevar la oposición al poder.
El secretario de Estado, John Kerry, ha subido de tono la retórica contra el gobierno de Maduro en semanas recientes, durante visitas diplomáticas a Colombia y Argentina. En el Palacio San Martín en Buenos Aires, sede de la cancillería argentina, Kerry acusó al gobierno venezolano de echar mano a tácticas dilatorias y pidió que el referendo se celebre este año, la primera vez que menciona un cronograma.
“En este momento estamos profundamente preocupados por la negativa de Venezuela a participar de una forma robusta y productiva en el diálogo, y de atender a las necesidades del pueblo venezolano”, dijo Kerry este mes en una conferencia de prensa conjunta con la canciller argentina, Susana Malcorra.
La nueva retórica refleja el reconocimiento por parte de Estados Unidos de que los líderes venezolanos están más dispuestos a a luchar por mantenerse en el poder de lo que las autoridades estadounidenses habían esperado después que la oposición tomó el control del parlamento en las elecciones de diciembre del 2015.
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Si la oposición tomara el poder, eso pudiera significar la cárcel o el exilio para muchos líderes venezolanos.
El gobierno de Obama se ha mostrado cada vez más preocupado por la crisis humanitaria en Venezuela, pero no quiere parecer intervencionista imponiendo su voluntad. Es un camino escabroso para Washington, que ha batallado duro para superar la dañina reputación de Estados Unidos de interferir en los asuntos latinoamericanos durante la Guerra Fría.
“En ese punto, sí, estamos intensificando nuestra atención sobre lo que hace el gobierno”, dijo el funcionario, que habló a condición de no ser identificado.
Venezuela, que tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, está al borde del colapso económico. Ha habido motines por alimentos cuando ciudadanos hambrientos se han lanzado a vaciar tiendas en busca de comida. Cientos han cruzado la frontera con Colombia en busca de alimentos básicos. Autoridades médicas han estimado que escasea el 80 por ciento las medicinas y equipamiento médico necesarios, y que varios niños han muerto debido a esa escasez.
La situación ha alarmado al gobierno de Obama, que ha solicitado ideas en reuniones públicas y privadas con ex funcionarios, centros de investigación y académicos en Washington y Miami.
Con información de El Nuevo Herald