Si usted crea algo relacionado con el arte, sea un escrito, una canción, una pintura a través de la Inteligencia Artificial (IA), entérese que no puede reclamar, bajo ningún concepto, derechos de autor.
El Político
Aunque cualquiera puede ser artista, escritor o músico y, por tanto, tener derecho a la protección de los derechos de autor de su obra, los contenidos creados por la inteligencia artificial ya no pueden acogerse a esos mismos escudos legales.
Decisión legal
Una decisión de la Oficina de Derechos de Autor de EEUU se ha pronunciado en contra de la protección de los derechos de autor de la IA para las obras generadas, ya sean arte, escritura o música.
La decisión se produjo en respuesta a una solicitud de derechos de autor para una tira cómica, suplemento o cómic llamado "Zarya of the Dawn", que contenía escritura original, pero arte visual generado por Midjourney, un programa de IA.
En pocas palabras, los contenidos creados por programas de IA como Midjourney, ChatGPT, OpenAI, Dall-E, Hotpot o NightCafe, entre otros, no recibirán protección del gobierno estadounidense en materia de derechos, licencias o pagos, según el portal The Hill.
¿Por qué es importante?
La decisión la tomó la Oficina de Derechos de Autor de EEUU, la cual no permitirá el registro de derechos de autor para contenidos generados por IA.
En la carta a la creadora de Zarya, Kristina Kashtanova, los funcionarios dijeron que la decisión se centraba en si una obra se había producido mediante autoría humana.
"Como se indica en el Compendio de Prácticas de la Oficina de Derechos de Autor de EE.UU. (3ª ed. 2021), la Oficina no registrará obras producidas por una máquina o por la mera intervención mecánica de un autor humano".
"La cuestión crucial es si la ‘obra’ es básicamente de autoría humana, siendo el ordenador [u otro dispositivo], un mero instrumento auxiliar, o si los elementos tradicionales de autoría de la obra, (expresión literaria, artística o musical o elementos de selección, arreglo, etc.) fueron en realidad concebidos y ejecutados no por el hombre sino por una máquina", escribió la Oficina de Derechos de Autor.
De una manera más contundente: "En los casos en que se reivindica la autoría no humana, los tribunales de apelación han dictaminado que los derechos de autor no protegen las supuestas creaciones".
Debido al proceso creativo de Kashtanova, el texto de su cómic en sí, generado íntegramente por ella como autora, está protegido. Lo que no lo está es el contenido visual.
Ni siquiera la implicación directa de Kashtanova en la creación artística, desde la selección de las frases hasta la edición de las imágenes, permitió que el cómic estuviera protegido por derechos de autor al haber sido creado por una IA.
Las decisiones de la oficina estadounidense, son además reconocidas en la Unión Europea (UE) y por normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Una nueva revisión
La Oficina de Derechos de Autor revisó Midjourney, la IA utilizada por Kashtanova, al analizar el proceso. La propia documentación del programa afirma que la IA no comprende activamente las palabras, las frases o la gramática del mismo modo que un humano, por lo que sigue un proceso de creación diferente.
Según la documentación de Midjourney, el programa convierte las palabras y frases en "tokens" y luego genera una imagen siguiendo las indicaciones del usuario.
Kashtanova argumentó en los documentos legales que, como resultado, Midjourney es una herramienta, similar a un pincel o un lápiz o un martillo y un cincel.
La Oficina de Derechos de Autor de EE.UU. no estuvo de acuerdo con la apreciación, afirmando que "el hecho de que la producción específica de Midjourney no pueda ser predicha por los usuarios hace que Midjourney sea diferente, a efectos de derechos de autor, de otras herramientas utilizadas por los artistas".
La falta de autoría o arte humanos en este proceso anula la "obra original de autoría fijada en cualquier medio tangible de expresión", requisito de la Ley de Propiedad Intelectual para la protección legal.
En términos sencillos, una IA no crea contenidos como lo haría un ser humano, ni con la originalidad de uno, y por lo tanto las obras generadas no son merecedoras de derechos de autor.
"Basándose en el expediente que tiene ante sí, la Oficina concluye que las imágenes generadas por Midjourney contenidas en la obra no son obras originales protegidas por derechos de autor", declaró la Oficina.
Conclusión
La decisión de proteger los derechos de autor de la parte textual de Zarya fue aplaudida por Kashtanova, aunque la autora del cómic dijo que trabajaría para apelar la decisión relacionada con los derechos de autor de las imágenes de la tira cómica, suplemento o cómic.
"Me decepcionó un aspecto de la decisión. La Oficina de Derechos de Autor no aceptó reconocer mis derechos de autor sobre las imágenes individuales. Creo que no entendieron parte de la tecnología y por eso tomaron una decisión equivocada", escribió Kashtanova en Instagram.
"Es fundamental entender que el resultado de un modelo de IA generativa depende directamente de la aportación creativa del artista y no es aleatorio. Mis abogados están estudiando nuestras opciones para seguir explicando a la Oficina de Derechos de Autor cómo las imágenes individuales producidas por Midjourney son expresión directa de mi creatividad y, por lo tanto, susceptibles de derechos de autor."