Llegaron a tierra y desembarcaron entre lágrimas y risas, pero su destino sigue siendo incierto. Tras 19 días en el mar, los 83 africanos entonaron, todavía a bordo, un sentido «Bella Ciao» y desembarcaron, en perfecto orden y en pequeños grupos.
Rosana Ordóñez
El buque «Audaz» de la Armada Española partió ayer desde Rota para «recoger» a los inmigrantes que continuaban a bordo del Open Arms. Pero cuando había transcurrido menos de una hora desde su salida desde el puerto y surcaba ya el Mediterráneo saltó la noticia de que la Fiscalía de Agriento tomaba la decisión de incautar el Open Arms y proceder al desembarco de todos los inmigrantes a bordo en el puerto de la isla de Lampedusa, que se produjo ayer alrededor de las 23.50 de la noche.
ABC narra como los emigrantes bajaron por la pasarela hasta el muelle, con dignos gestos de alegría contenida en la mayoría de ellos. Carabineros, agentes de aduanas, equipos médicos y de psicólogos aguardaban en los muelles el desembarco para proceder al cuidado inmediato de los viajeros con los primeros reconocimientos y a su filiación, fotografiado y distribución. La tripulación del buque colaboró activamente con las autoridades.
El secuestro del barco es preventivo y conlleva automáticamente el posterior desembarco de unos 90 inmigrantes, entre ellos muchas mujeres, que continuaban a bordo. Además de incautar el barco, la Fiscalía había abierto hace días una investigación por el presunto delito de secuestro de personas, tras las denuncias presentadas por la ONG Open Arms ante el Tribunal administrativo regional del Lazio. El Open Arms se tendrá ahora que quedar dos semanas en Italia en el marco de esta investigación.
La Fiscalía italiana dejó sin efecto el plan e rescate del Open Arms ordenado por el presidente español Pedro Sánchez, quien mandó un buque de la Armada para recoger a los inmigrantes antes de conocer la decisión final del fiscal italiano.
Horror en el Mediterráneo.
El horror en sus países de origen y la promesa de un futuro mejor hace que miles de refugiados y migrantes de toda África viajen desde muchos países, entre ellos Libia, hacia Europa; y lo hacen en la mayor parte de los casos, a manos de las mafias de tráfico de personas. La última semana, la ONG española Proactiva Open Arms rescataba a 55 inmigrantes, entre ellos dos bebés mellizos, en el Mediterráneo central cuando su embarcación estaba "a punto de naufragar" y reclamaba un puerto seguro para ponerlos a salvo.
Según el fundador de la ONG, Óscar Camps el barco "se hundía; entraba agua y había escorado tanto que estaba a punto de naufragar". "Pero hemos llegado a tiempo. 52 personas, 16 mujeres y 2 bebés, a la deriva están a salvo. Ahora necesitamos un puerto seguro". Un día después, se sumaban otros 68 migrantes rescatados en el Mediterráneo, con "signos inequívocos de la violencia sufrida en Libia".
Hay que buscar una solución definitiva
OpenArms se niega a devolver a estas personas a Libia, país en guerra del que estos migrantes suelen zarpar hacia Europa y donde, según varios organismos y ONG internacionales, se cometen importantes violaciones de los Derechos Humanos. A pesar de esto, las autoridades españolas impidieron a Proactiva Open Arms participar en rescates en el Mediterráneo, y tras cien días bloqueado en el puerto de Barcelona, permitieron que zarpara el pasado abril para llevar ayuda humanitaria al Egeo, pero sin participar en labores de salvamento.
Alrededor de 1.200 personas intentaron migrar desde Libia hacia Europa en solo cuatro días; entre ellas, 116 han perdido la vida en el mayor naufragio de este año en el Mediterráneo. No obstante, muchas veces el horror no solo ocurre al llegar al agua, sino antes y durante la travesía. "En Libia, muchas personas vienen torturadas a nuestras embarcaciones", ha explicado a El Confidencial Riccardo Gatti, capitán de barco y jefe de operaciones del ‘Astral’, la embarcación de Open Arms.
Sufrimiento y torturas
"La tortura es una de las técnicas más utilizadas por las mafias libias, ya que así consiguen el pago por parte de familiares o amigos de la victima. Muchas veces, estas mafias llaman mientras se las tortura para que así se puedan oír su sufrimiento y se pague más rápido. Las mujeres sufren más la violencia de estos traficantes porque además de torturas padecen violaciones sexuales". Se trata de un negocio que, además, mueve grandes cantidades de dinero: "En el negocio del tráfico de personas en Libia se mueve alrededor de un tercio del PIB del país. Los mismas mafias que trafican con personas son las que lo hacen con el petróleo", denuncia Gatti.
Muchos políticos alertaron el año pasado del posible ‘efecto llamada’ después de lo que ocurrió en España con el Aquarius, aunque los datos y los expertos coinciden en que lo que ocurre es algo más complejo: la situación política de los países de origen, los acuerdos migratorios de la UE e incluso la meteorología desplazan los movimientos migratorios. Quizás por eso Gatti no es capaz de decir si "ha aumentado o disminuido" el flujo de inmigrantes vía Mediterráneo
"Lo que sé es que al no haber pasajes seguros para que estas personas puedan venir a Europa los migrantes se ven obligados a pagar a traficantes para que les lleven, un ejemplo de esto es Turquía. Mientras que en países como Libia, además del pago, las personas son victimas de extorsión y tortura", señala el italiano.
La ‘Operacion Sophia’
A finales de 2018 se extendió el periodo de vigencia de la denominada ‘operación Sophia’ —una operación militar de la UE en el Mediterráneo central para luchar contra las redes de tráfico de personas— hasta marzo de 2019, momento en el cual se acordó suspender de manera temporal este tipo de operaciones. "Esta operación militar ha tenido resultados desmantelando estas redes. Sin embargo, por otro lado, la Unión Europea no tiene reparos en firmar acuerdos económicos con criminales y milicianos", critica, en referencia a los acuerdos comerciales con Gobiernos como Libia. ¿Pero son suficientes este tipo de operaciones? Para Gatti, "la trata de personas se acabará cuando se abran vías seguras para los migrantes que quieren viajar a Europa".
"La ‘operación Sophia’ ha dejado de luchar contra las mafias porque se han quedado sin barcos. De esta manera, la UE no tiene que cumplir con la obligación de rescatar a los migrantes y les resulta más fácil criminalizar a las ONG y continuar con la política de externacionalización de fronteras.
Una crisis sin resolver
con las relaciones muy dañadas entre Italia y España, ambas naciones con problemas de gobernabilidad y un enfrentamiento creciente con el Open Arms, España trató ayer de dar carpetazo a esta cuestión con un golpe encima de la mesa que, no obstante, pone de manifiesto lo que no había querido hacer hasta ahora y la claudicación frente a la inquebrantable decisión del vicepresidente italiano, Matteo Salvini, de no permitir el desembarco del buque en el puerto de Lampedusa. Pero el nuevo movimiento de Pedro Sánchez se encontró con un imprevisto que convertía su decisión en innecesaria.
Desde Barcelona, sede de la ONG, Proactiva Open Arms compartía en las redes sociales un vídeo sobre el desembarco. «Se acaba la pesadilla», afirmaba la ONG. La solución se veía venir, después de que el fiscal de Agrigento,Luigi Patronagio, llegara a la isla para comprobar personalmente la situación a bordo, que él calificó como «explosiva». La decisión fue adoptada al final de una reunión que tuvo lugar en el puerto de Lampedusa entre el fiscal Patronagio con las autoridades civiles y militares, tras la inspección del barco realizada por el magistrado acompañado con un equipo de médicos.
La decisión de la Fiscalía italiana fue adoptada al final de una reunión que tuvo lugar en el puerto de Lampedusa entre el fiscal Patronagio con las autoridades civiles y militares, tras la inspección del barco realizada por el magistrado acompañado con un equipo de médicos.
La iniciativa del Gobierno de España se considera ahora en Italia inútil, porque los inmigrantes una vez que estén en el centro de acogida en Lampedusa, pueden ser transferidos a otros países, según el compromiso que habían adquirido seis países para repartirlos: España, Alemania, Francia, Rumania, Luxemburgo y Portugal.
Tras conocer la noticia de la decisión de la Fiscalía, desde el Open Arms se celebró la decisión. Su fundador, Óscar Camps, daba por hecho que ayer se iba a producir el desembarco y que la incautación «temporal» del buque era un costo que asumía para lograr su objetivo de desembarcar a las personas a bordo en suelo italiano. El secuestro del barco es preventivo.
Además de incautar el barco, la fiscalía había abierto hace días una investigación por el presunto delito de secuestro de personas, tras la denuncia presentadas por la ONG Open Arms al Tribunal administrativo regional del Lazio. Los magistrados de Agrigento han abierto otra investigación contra desconocidos por «omisión y rechazo del deber en el ejercicio del poder».
Matteo Salvini puede ser procesado por secuestro de personas
Obviamente, en el punto de mira de esta investigación está el ministro del Interior, Matteo Salvini. El líder de la Liga ya estuvo a punto de ser procesado en un caso similar, cuando los magistrados lo acusaron de secuestro de personas agravado por no permitir el desembarco de 137 inmigrantes, entre ellas varios menores, en el caso de la nave Diciotti.
Salvini eludió el proceso porque lo salvó el Senado, que votó a su favor en marzo 2019 para que se beneficiara de inmunidad parlamentaria. Sería ahora muy difícil que ese voto de apoyo a Matteo Salvini se repitiera. Podría ser procesado.
A este respecto, el ministro Salvini, hablando en directo en Facebook, comentó: «Si alguien piensa en meterme miedo por la enésima denuncia y petición de proceso, se equivoca. Sería una burla que mientras hemos convencido a España para mandar una nave a recoger los inmigrantes, alguno en Italia está trabajando para hacerlos desembarcar ahora mismo y procesar al ministro del Interior». Como se ve la argumentación de Salvini encuentra sustento en las decisiones de Pedro Sánchez.
El Gobierno no volvió a transmitir ningún mensaje tras la decisión de la Fiscalía, que de facto anulaba la operación de rescate anunciada por la mañana. Un anuncio que, en cualquier caso, supone establecer un precedente para futuros casos. Algo que no es una cuestión menor ya que lo que esta crisis ha revelado es que no existe un mecanismo de respuesta en Europa para solucionar este tipo de crisis.
Decisión sobre el Open Arms
El objetivo del Gobierno español era transferir a los inmigrantes al navío militar español para llevarlos al puerto de Palma. Además, según anunció el Gobierno en un comunicado, la función del «Audaz» sería proceder al «acompañamiento» de la embarcación de la ONG Proactiva Open Arms.
Este asunto resultaba crucial para el futuro del buque de la organización que dirige Óscar Camps, ya que esta crisis ha servido para que el Gobierno insista en que este tipo de rescates tienen que correr a cuenta de los Estados y que este buque tenía licencia para «llevar víveres y ayuda humanitaria» pero que esa habilitación, que otorga el Ministerio de Fomento, no es «para rescatar personas, porque la situación que se puede crear es ésta», criticaba el lunes la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo.