La continuidad de operaciones de la petrolera Chevron en Venezuela no significa ningún tipo de cambio en la industria, más allá de ser un indicativo del pobre papel que PDVSA está representando en dicho sector.
Mario Beroes/El Político
Hace ya tiempo que Venezuela, o por lo menos su industria petrolera perdió cualquier oportunidad de aprovechar el alza de los precios petroleros por la guerra en Ucrania.
Y la extensión, sin mayores cambios, de una licencia para la operación de hidrocarburos por parte de Chevron, es una muestra de ello.
Sanciones iguales
La posibilidad de una flexibilización de las sanciones económicas para que compañías como Chevron pudieran negociar sus roles futuros en Venezuela despertó grandes expectativas de un crecimiento económico mayor al esperado en el país suramericano en 2022.
La administración del presidente Joe Biden solamente renovó por seis meses más una licencia que apenas permite a Chevron y a sus empresas de servicio mantener operaciones mínimas en Venezuela, sin poder extraer ni exportar petróleo de origen local.
Sin el empuje económico y financiero, ni la oportunidad de aumentar su producción petrolera en el corto plazo, Venezuela ve cómo se le escapa una ventana de “oportunidad” en el mercado mundial por el conflicto en Ucrania.
UE recorta y castiga a Rusia
El lunes, la Unión Europea aprobó recortar cerca de 90 % de las importaciones de crudo ruso en los próximos seis meses.
El anuncio disparó los precios de los crudos WTI y Brent en el mercado por encima de los 120 dólares por barril.
El barril de petróleo Brent se cotizaba en 124 dólares, mientras que el WTI rozaba los 119 dólares por unidad.
Venezuela vende su crudo con descuento, principalmente en mercados asiáticos con la ayuda de socios como Irán y Rusia, aunque el Kremlin disminuyó su rol en esas operaciones debido a los vetos extranjeros por su agresión a Ucrania.
Venezuela no está ahora en condiciones de suplir esa demanda del petróleo y el gas de Rusia en Europa y Estados Unidos.
Washington demanda que el gobierno de Nicolás Maduro regrese a las negociaciones de México con sus opositores, facilitadas por Noruega, para lograr avances democráticos y, a la par, debatir la flexibilización de sanciones.
Especialistas en el área financiera calculan que Venezuela perdió más de 80 % de su Producto Interno Bruto en la última década, bajo el mandato de Maduro.
La nación suramericana queda ahora en una posición de crecimiento de 5 % de su PIB con base en una producción de 700.000 barriles de crudo al mes, el alza de remesas, la explotación irracional de minerales en el sur del país (Arco Minero) y la evolución de su economía negra.