Bloques de oposición en la Cámara de Diputados de Argentina llegaron hoy a un consenso para someter a votación un proyecto de ley unificado que introducirá cambios en el denominado impuesto a las Ganancias que se aplica sobre los salarios.
El acuerdo fue alcanzado entre los bloques Justicialista, del Frente para la Victoria, del Frente Renovador y de otras bancadas más pequeñas, que tenían tres diferentes iniciativas en esta materia y que han llegado a un único proyecto, para el que aseguran contarían con 140 votos -sobre un total de 257- para aprobarlo y girarlo al Senado.
"Logramos unificar el dictamen. Ha sido un trabajo muy importante, que quiere demostrar que más allá de los intereses sectoriales que cada uno de nosotros puede representar han prevalecido los trabajadores", dijo el diputado Oscar Romero, del Bloque Justicialista, al anunciar el acuerdo de la oposición en una rueda de prensa.
La iniciativa incrementa a 33.500 pesos (unos 2.080 dólares) el monto mínimo de salario mensual a partir del que se aplica el impuesto, para el caso de trabajadores solteros, mientras que para los casados el piso será de 44.000 pesos (unos 2.733 dólares).
Según el proyecto, la paga extraordinaria y las horas extra no serían alcanzadas por el tributo.
Además, la iniciativa incluye a los jueces que a partir de ahora ingresen al Poder Judicial y pesará también sobre ganancias derivadas de ciertas inversiones financieras y de apuestas.
El oficialismo, sin mayoría propia en el Parlamento, impulsa otro proyecto, que supone un piso salarial a partir del cual se paga el tributo menor al propuesto por la oposición, lo que implica que más trabajadores quedarían alcanzados por el impuesto.
La oposición planea someter a debate su proyecto a última hora de hoy, una vez que la Cámara baja realice la votación sobre la ley de emergencia social, por lo que se prevé que la nueva ley del impuesto a las Ganancias recién sea sometida a votación en la madrugada de este miércoles.
Los cambios en el tributo sobre el salario es reclamado desde hace tiempo por las centrales sindicales, que aseguran que el impuesto recorta aún más los ingresos de los trabajadores cuyo poder adquisitivo se ha visto reducido por la inflación.
Con información de: EFE