“No podemos esperar a que llegue una vacuna”, dijo el primer ministro Conte al anunciar la medida y apeló a la responsabilidad ciudadana para evitar nuevos contagios
Todos los habitantes de Italia serán libres desde hoy. Se reabren prácticamente todas las actividades del país, salvo gimnasios y piscinas, que se retrasa hasta el 25 de mayo.
El Político
Además, el 3 de junio se reabrirán las fronteras para los ciudadanos de la Unión Europea (UE) sin necesidad de hacer cuarentena, mientras los cines y teatros reabrirán el 15 de junio. Se aplaza hasta septiembre el regreso a la escuela.
La reapertura general se hace con cierta esperanza, pero también con cautela, con dudas de los científicos y la advertencia de que se cerrará nuevamente el territorio donde aumente la curva epidémica.
Cierto caos se ha mantenido hasta el último momento entre el gobierno y los presidentes regionales sobre las nuevas reglas, una discusión cuyo ejemplo emblemático era la aritmética de la distancia física, que algunos han llamado la “guerra del metro”: Un metro de seguridad en espacios abiertos; metro y medio en la iglesia; dos metros en el restaurante; cuatro y medio entre sombrillas en la playa.
Adiós a la línea dura
Al final, el primer ministro, Giuseppe Conte, dijo adiós a la línea dura y cedió a las presiones de las regiones, permitiéndoles ciertas reglas de su normativa. En un largo encuentro por videoconferencia que acabó a las tres y media de la madrugada del domingo, se llegó a un acuerdo entre Conte y los presidentes regionales que a partir de ahora gozarán de cierta autonomía sobre la normativa.
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El primer ministro cedió también para que en los restaurantes la distancia sea de un metro, en lugar de dos. De todas formas, se calcula que un 40% de los bares y restaurantes no abrirán este lunes, sobre todo los pequeños locales, porque no les será rentable al tener que limitar la clientela.
Conte ha reconocido que ya no era posible mantener la cuarentena: “No podemos permitirnos esperar hasta que llegue una vacuna”, expresó en la noche del sábado al dirigirse en directo a los italianos, asegurando que “se reinicia la nueva fase con riesgo calculado”.
La obligatoria “santa mascarilla”
Conte recomendó que se respeten dos reglas fundamentales: “Se debe mantener una distancia de un metro; recomendamos llevar siempre la mascarilla para usarla en interiores y también en exteriores si existe el riesgo o la imposibilidad de respetar las distancias”.
Con ironía y preocupación, el conocido profesor Massimo Galli, jefe del departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital Sacco de Milán ha dicho: “Podemos solo confiar en ‘santa mascarilla’. Nunca ha habido un experimento análogo en el mundo. Yo le replico que no existe un trabajo científico que demuestre la eficacia de este camino”.
La esperanza está en que desde el inicio de la fase 2, el pasado 4 de mayo, en Italia no creció la curva epidemiológica. Al contrario, desciende el número de contagios y de muertos. En la jornada del sábado hubo 153 fallecidos, el número más bajo desde que comenzó el confinamiento el 7 de marzo.
Es un buen punto de partida para la nueva fase que se abre el lunes, según Franco Locatelli, presidente del Consejo Superior de Sanidad y miembro del comité científico que asesora al gobierno: “Estamos en niveles tranquilizadores. Esto significa que no hay una preocupación particular. Las tres regiones que deben mantenerse bajo control son Lombardía, Molise y Umbría, donde el riesgo se considera moderado en lugar de bajo como en el resto del país”.
Exigen responsabilidad por parte de la ciudadanía
Pese a los buenos augurios, los expertos advierten que se impone la prudencia. Con el reinicio de todas las actividades al mismo tiempo, los expertos reconocen que existe un claro riesgo de que vuelva en breve una segunda ola de la epidemia si no se respetan las reglas, lo que obligaría al gobierno a imponer nuevas restricciones, según ha reconocido el primer ministro, Giuseppe Conte, quien cuando se dirigió a los italianos les pidió responsabilidad.
“Cualquier reducción de las medidas debe ir de la mano con el aumento de la responsabilidad de los ciudadanos y la conciencia del riesgo. El aumento de los contagios sería peligroso, ya que generaría una sensación de desesperación, impotencia e incluso desconfianza en el sistema”, advierte el profesor Giuseppe Ippolito, director científico del hospital Spallanzani de Roma y miembro del comité técnico científico que asesora al gobierno.
Entre las libertades que retoman los ciudadanos está la posibilidad de visitar a los amigos, aunque la cautela es obligada, según el célebre virólogo Roberto Burioni, quien contó en Twitter la experiencia del médico Milad Sharif, anestesista en la Emory Universidad de Atlanta, poniendo en guardia sobre lo que puede suceder si no se respetan las reglas del distanciamiento social:
“Hace diez días, un pequeño grupo de mis amigos se ha reunido para comer; ahora uno se encuentra en respiración asistida, otro ingresado en un hospital, otros cinco infectados en aislamiento en casa. Se puede ser asintomático y tener Covid-19”, subraya el médico americano recordando el papel de los asintomáticos en la difusión del contagio y la importancia de mantener las medidas de distanciamiento físico.
Para ofrecer la mayores garantías de seguridad, el Servicio de Inspección y Seguridad (INAIL) recomendó que la distancia física en los restaurantes y bares debía de ser de dos metros entre las mesas, 4 metros cuadrados para cada persona, pero ante la protesta generalizada de los propietarios de bares y restaurantes, el gobierno aceptó reducir la distancia a un metro.
Dos metros de distancia para estar tranquilos
Los expertos destacan que la distancia de un metro entre las personas es lo mínimo para evitar la transmisión del virus. Los riesgos son bajos en las actividades al aire libre, pero se debe mantener la cautela en lugares cerrados y sobre todo en las regiones con riesgo, explica el virólogo Carlo Federico Perno, de la universidad de Milán:
“En Lombardía, en interiores, la distancia de un metro entre las mesas no es suficiente para estar tranquilo. Se necesitan dos metros. Sin embargo, al aire libre, el riesgo de transmisión es mucho menor. Allí, un metro es más que razonable”, agrega.
Por su parte, el epidemiólogo de la universidad de Pisa, Pier Luigi Lopalco, consultor de la región de Apulia para el coronavirus, confiesa que probablemente volverá al restaurante en Bari (Apulia), donde la situación de la epidemia está bajo control, pero asegura que lo haría con cautela: “Solo al aire libre, con una o dos personas como máximo, quizás colegas, al final de una jornada laboral”.
El profesor Franco Locatelli, presidente del Consejo Superior de Sanidad y miembro del comité científico que asesora al gobierno, explica lo siguiente:
“La distancia mínima debe ser un metro. Partimos de la idea de que las probabilidades de contagio dependen de las cantidades de partículas de virus emitidas con las gotitas que expulsamos y de la duración de la exposición. En un lugar cerrado, incluso si es grande, en ausencia de distanciamiento, la probabilidad de contagio depende de cuántas son las gotitas, las que de hecho salen de la nariz y la boca”.
“Si respiramos, la cantidad es limitada, aumentan si hablamos en voz baja, es mayor si lo hacemos en voz alta y todavía más cantando. La distancia debe ser modificada de acuerdo con las actividades. Está claro que en un gimnasio los que corren en la cinta, bajo estrés, respirando con la boca abierta son más peligrosos que los que hacen yoga”.
Muy pocas certezas
Todos los expertos coinciden en la necesidad de la prudencia. Cada vez más los científicos evitan la especulación, reconociendo que son pocas las certezas, como asegura el profesor Ippolito:
“Hemos entendido muy poco todavía. Todos los días, los nuevos conocimientos desmienten nuestras certezas de poco tiempo antes. Se necesita mucha humildad en esta fase, hay que admitir que hay cosas que no sabemos y cosas de las que parecemos estar seguros que serán desmentidas mañana por los hechos”, añade.
En consecuencia, no se atreve a hacer pronósticos sobre la nueva fase que se inicia hoy en Italia: “Los que hacen predicciones en este momento tienen una buena bola de cristal. Yo no la tengo. Los datos sobre la circulación del virus deben analizarse bien para interceptar cualquier nuevo brote. Es obvio que la reapertura aumenta los riesgos, pero contamos con el hecho de que serán respetadas las reglas”.
Tratan de recuperar el turismo
Por otra parte, el primer ministro Conte confirmó que Italia abrirá las fronteras en poco más de dos semanas para los ciudadanos de los países del área Schengen (26 países europeos), para favorecer el turismo, sin necesidad de una cuarentena. “A partir del 3 de junio será posible trasladarse también hacia otros países y desde otros Estados europeos hacia Italia. Esto sentará las bases para una recuperación del turismo”.
En la rueda de prensa del sábado, en la que por primera vez estuvieron presentes en directo periodistas tras dos meses de confinamiento; en ese periodo solo hubo preguntas de los informadores por videoconferencia, Conte explicó los detalles del decreto ley aprobado el sábado, que permite a partir del próximo lunes la reapertura prácticamente general de todas las actividades del país, con la excepción de los gimnasios que se retrasa hasta el 25 de mayo, mientras los cines y teatros reabrirán el 15 de junio. Se aplaza hasta septiembre el regreso a la escuela.
“Nos enfrentamos a la fase 2 con el deseo de comenzar de nuevo, pero con precaución. Los datos de las curvas epidemiológicas son alentadores, estamos en condiciones de pasar esta fase con confianza y un sentido de responsabilidad”. Destacó que con la reapertura total, Italia se enfrenta a un riesgo calculado y que el diálogo con las regiones será fundamental:
“Nos enfrentamos a un riesgo calculado, con la conciencia de que la curva epidemiológica puede volver a aumentar. La vida y la salud de los ciudadanos siguen siendo valores no negociables, pero tenemos que afrontarlos porque de lo contrario nunca podremos comenzar de nuevo hasta que llegue la vacuna, cosa que no podemos permitirnos”.
Anunció que a partir de hoy ya no serán necesarias las certificaciones para moverse dentro de su región y será posible encontrarse con amigos. Sin embargo, se mantiene la prohibición de salir de casa para aquellos que son positivos, o están en cuarentena, o tienen síntomas compatibles con Covid-19.
Recordó Conte que se deben respetar dos reglas fundamentales: mantener una distancia de un metro; y llevar siempre la mascarilla para usarla en interiores y también en exteriores si existe el riesgo o la imposibilidad de respetar las distancias.
Pocas horas antes de la intervención de Conte, Protección Civil destacó el dato de fallecidos en la jornada del sábado: 153, el número más bajo desde que comenzó el confinamiento el 7 de marzo.
Ma n’atu sole
Cchiu’ bello, oi ne’
‘O sole mio
Sta ‘nfronte a te
‘O sole, ‘o sole mio
Sta ‘nfronte a te
(Con información de ABC)