Los padres del terrorista suicida del metro de San Petersburgo, Akbarzhon Dzhalílov, identificaron hoy a su hijo tras desplazarse a la ciudad rusa desde Kirguizistán, según informó el Comité de Instrucción de Rusia (CIR).
"Los padres de Dzhalílov participaron en el proceso de identificación. Confirmaron la identidad de su hijo", dijo Svetlana Petrenko, portavoz del CIR, a medios locales.
Según la investigación, Dzhalílov no sólo activó los explosivos que llegaba adheridos a su cuerpo en el fatídico tercer vagón del metro, sino que previamente también colocó un segundo artefacto explosivo en otra estación, "Ploschad Vosstania", que fue desactivado a tiempo por la policía.
Los padres, residentes en la localidad kirguís de Osh, aunque uzbekos étnicos, aseguraron no creer que su hijo pudiera haber cometido el atentado en el que murieron 14 personas y varias decenas resultaron heridas.
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Estos ya habían sido interrogados por los servicios secretos de Kirguistán, que considera prematuro asegurar que el terrorista hubiera sido reclutado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Los investigadores rusos han registrado ya el domicilio del terrorista en San Petersburgo, además de interrogar a decenas de amigos y conocidos del kamikaze y testigos del atentado, el más grave ocurrido en la segunda ciudad rusa más importante.
Dzhalílov, de 22 años, era oriundo de la república centroasiática de Kirguistán, pero recibió en 2011 la ciudadanía rusa y, de hecho, residía desde entonces en la antigua capital zarista, donde trabajaba como mecánico.
El presidente ruso, Vladímir Putin, admitió hoy que la situación en la lucha contra el terrorismo no ha mejorado, aduciendo que la mejor constatación es el atentado del lunes contra el metro.
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"Lamentablemente, vemos que la situación no mejora. Y la mejor confirmación de esto son los recientes y trágicos sucesos en San Petersburgo. Como resultado de un atentado terrorista, murió gente y hubo muchos heridos", dijo.
A su vez, siete ciudadanos procedentes de países de Asia Central fueron detenidos hoy en San Petersburgo como sospechosos de colaborar con el EI y otras organizaciones terroristas.
El EI acabó con la vida de 217 turistas rusos al volar por los aires un avión de pasajeros poco después de que despegara de Egipto en octubre de 2015.
Pero Rusia no sufría un atentado de esa magnitud en su territorio desde diciembre de 2013, cuando dos suicidas mataron a 34 personas en una estación de tren y un trolebús en Volgogrado, antigua Stalingrado.
EFE