De a poquito. Así están comprando los útiles y los uniformes escolares padres y representantes en el Táchira, en la primera vez de sus vidas que hacen esta tarea anual bajo un esquema económico de hiperinflación.
El título de este trabajo el año pasado informaba que entonces se debían invertir más de 300 mil bolívares en la compra de una lista promedio de útiles escolares. Ahora, ese mismo monto no alcanza para comprar ni un lápiz amarillo, que en el centro de San Cristóbal cuesta medio millón de bolívares.
Encargados de tres librerías de la ciudad promediaron que la lista escolar típica oscila entre 60 millones y 80 millones de bolívares, al mes de julio. Una media que, auguran, se elevará conforme se acerque el 16 de septiembre, fecha de inicio de los años escolares en Venezuela. Una de las trabajadoras consultadas ha presupuestado, incluso, listas de 150 millones de bolívares. Han sido de preescolar, que son las más costosas que reciben.
“La mayoría aquí compra de a poquito. Si llevan las libretas, no llevan los colores. Es que el problema de este año son los precios”, considera una vendedora de librería que, aunque no quiso identificarse, indicó que lleva ocho años en el negocio y esta, asegura, va siendo la antesala de año escolar más difícil en lo económico.
Los consumidores están comprando por quincena incluso desde hace tres meses, ha observado Carlos Escalante, encargado de otra librería. Empiezan por los cuadernos, que son lo más indispensable, pero llevan menos cantidades de cada artículo: “Ya no una caja de lápices, sino dos, o menos libretas”.
Así ha hecho Viviana Castaño. “De a poquito”, confirma la peluquera y costurera quien, a la fecha, calcula que ha logrado adquirir una cuarta parte de los útiles que necesitan sus hijas, próximas a cursar segundo nivel de preescolar y sexto grado. En un estricto inventario, ha rescatado los materiales del año escolar en cierre que todavía puedan seguir usando.
Diferencias interanuales
Los cuadernos que el año pasado costaban desde 4.500 bolívares y las libretas que en la temporada anterior oscilaban entre 11.000 y 13.500 bolívares, esta semana marcaban precios de 2 millones 400 mil y 2 millones 900 mil bolívares en una de las librerías de la ciudad.
Comerciantes explicaron que cuadernos y libretas son de los útiles “más escasos” en esta temporada, de los cuales enseñan entre dos y tres modelos o presentaciones en los estantes, debido a que las principales convertidoras están cerradas o sin materia prima.
Los libros están empezando a llegar. Si bien en las dependencias públicas los estudiantes reciben de forma gratuita los textos de la Colección Bicentenario del Gobierno nacional, en instituciones privadas deben adquirirlos por cuenta propia. Se consiguen a partir de 10 millones de bolívares cada uno.
La representante Carolina García los preguntó y le costó asimilar los precios. “Empezaré a llamar a conocidos para que me los presten usados, así no sean exactamente los que piden. No tengo cómo comprarlos ni trabajando las 24 horas todas las vacaciones”, expresó.
La caja de 12 colores (la de menos unidades, y la que más preguntan) brincó en un año de 25 mil a 4 millones 200 mil bolívares. Una tijera punta roma, clásico en la lista escolar, pasó de costar 5 mil bolívares en la zafra pasada a 350 mil bolívares ahora. Y un sacapuntas con depósito que marcaba 3 mil 800 bolívares se consigue por 450 mil bolívares.
En las librerías ya hay productos que parecen “joyas” inaccesibles, como las libretas multimaterias pasta dura que en un establecimiento cuestan 8 millones de bolívares la unidad. Muchos las miran, pero ni siquiera las piden para tocarlas.
Mientras la Asamblea Nacional refiere que los precios aumentan a un ritmo promedio de 2,4% al día, el Gobierno nacional mantiene la línea estratégica de combatir una llamada “guerra económica” que, aseguran, se manifiesta en especulación por parte del sector comercio y bloqueo financiero de parte de otros países, lo cual repercute en la población.
La ropa millonaria
En los negocios de uniformes escolares cuentan que la mayoría de compradores está llevando de a una sola prenda, debido a los precios: camisas, desde 11 millones 500 mil bolívares; faldas y pantalones, a partir de 10 millones; el jumper, a precios similares; una franelilla, desde 3 millones 600 mil y un par de medias a partir de un millón 600 mil bolívares.
“El promedio de la gente lleva una sola prenda. Generalmente si tienen dinero para comprar la camisa, no tienen para el pantalón”, atestigua Moraly Materán, vendedora de una tienda de ropa en pleno centro de San Cristóbal.
Ramón García y su esposa recorrían esta semana los comercios para hacer cuentas. “Le tocará al muchacho que repetir el pantalón de este año, porque no creo que alcancemos”, consideró. Otros, mientras revisaban, comentaban la posibilidad de viajar a Cúcuta a comparar precios.
El gerente de otra de estas tiendas manifiesta incertidumbre sobre cómo se van a comportar las ventas en los próximos dos meses. “Todavía los proveedores no nos responden como quisiéramos y no sabemos qué tanta capacidad de compra va a tener la gente como para hacer el esfuerzo de pedir y que la mercancía se quede”, conjeturó, sin revelar su identidad.
Rosario Méndez, habitante de San Cristóbal, está pensando que para vestir a su hijo que cursará cuarto grado necesita por lo menos 60 millones de bolívares que se gastan en una camisa, un pantalón, un par de medias y un mono deportivo. “Ni hablar de la correa y no quiero todavía ir a la zapatería, porque el muchacho crece y cómo lo obliga uno a ponerse un zapato apretado”.
Ese reto ya lo empezó a afrontar Tatiana Angulo, quien conoció la franja de precios de la zapatería escolar: el calzado colegial, entre 71 millones 500 mil y 130 millones de bolívares; un par de botas deportivas, desde 83 millones y hasta 92 millones de bolívares.
Frente al mostrador, la joven madre saca cuentas: si debe calzar a sus dos hijos, que cursarán primer y tercer grado, requiere cuatro pares de zapatos. Tomando en cuenta los precios más baratos, la ama de casa y esposa de un técnico en reparación requerirá disponer de 309 millones de bolívares.
“Este año escolar tenían un solo par cada uno, pero ya no les quedan porque crecen muy rápido”, contó la madre, al recordar que todavía no ha empezado a comprar los útiles escolares. Una solución, ideó, será tramitar colaboración con un familiar que emigró a Chile.
El "índice hoja blanca"
El costo de la resma de papel deja blanco a más de un padre: en la temporada escolar de 2016 costaba entre 3.000 y 5.000 bolívares; hace un año, en 2017, oscilaba entre 70.000 y 90.000 bolívares, según reportajes de archivo de La Nación. Ahora marca un precio de 14 millones 900 mil bolívares.
Los altos precios han hecho que en las librerías ya no se venda ni siquiera media o un cuarto de resma, sino entre 20 y 30. Cada una, en tamaño carta, cuesta aproximadamente 30 mil bolívares, el equivalente a tres pasajes urbanos de transporte público.
El representante Raúl Cárdenas compraba esta semana 30 unidades, pero no porque la lista lo pida: es un requisito obligatorio que le pidió un liceo público de San Cristóbal para inscribir a su hija que cursará segundo año de Media General. “Además, dijeron que el padre que quiera puede colaborar con Mistolín o cualquier otro material de aseo”, contó.
Gobierno prestará ayuda
El 22 de junio pasado se conoció que los padres y representantes que cuenten con el Carnet de la Patria tienen a su disposición la plataforma web patria.org.ve para ingresar los datos de los niños que integren la familia y así optar a un bono especial de escolarización.
El Gobierno ya anunciado que, “para acompañar las políticas de resguardo a los estudiantes”, volverán a desplegar como en años anteriores las ferias escolares por zona educativa, “con el propósito de brindar acceso a precios accesibles para la compra de los útiles escolares, como libros y cuadernos”, refiere un boletín de la agencia estatal AVN.
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“El Estado volverá a hacer entrega antes que inicie el periodo escolar 2018-2019 de al menos 4 millones de morrales contentivos de útiles escolares, libros de la Colección Bicentenario y Canaimitas; al igual que uniformes”.
Fuente: Diario La Nación