Arabia Saudí y otros países petroleros extendieron los recortes de producción el domingo hasta fines del año próximo, a fin de apuntalar los precios que no han aumentado pese a la turbulencia en el Medio Oriente y el inicio de la temporada de viajes veraniega.
El Político
La alianza OPEP+, formada por miembros del cartel petrolero y aliados, entre ellos Rusia, extendieron tres conjuntos distintos de recortes para un total de 5,8 millones de barriles diarios.
El precio del crudo Brent ha estado por los 81-83 dólares el barril en el mes pasado. Ni siquiera la guerra en Gaza ni los ataques de los rebeldes hutíes contra barcos en el Mar Rojo han llevado a los precios a los 100 dólares por barril vistos por última vez en septiembre del 2022. Ello se debe en parte a las mayores tasas de interés, inquietudes sobre la demanda debido a un crecimiento económico menor al esperado en Europa y China, y el aumento de la oferta de parte de países ajenos a la OPEP como Estados Unidos.
Los saudíes necesitan precios más altos para financiar los ambiciosos planes del príncipe Mohammed bin Salman para diversificar la economía y hacerla menos dependiente de los combustibles fósiles. Unos precios más altos del petróleo también ayudarían a Rusia a mantener el crecimiento y la estabilidad económica en momentos en que gasta grandes cantidades en su guerra contra Ucrania.
Según analistas, los recortes de producción podrían aumentar los precios en los próximos meses, pero ello dependerá en gran parte de la demanda. Usualmente la demanda sube en el verano, entre julio y septiembre, pero hay incertidumbre en torno a qué ocurrirá después.
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