Autoridades espaciales o empresas de Estados Unidos, Francia, Rusia e Israel han manifestado interés en utilizar la base espacial que Brasil tiene en la Amazonía para lanzar cohetes transportadores de satélites, afirmó el ministro brasileño de Defensa, Raúl Jungmann.
Las cuatro potencias espaciales transmitieron oficialmente su interés de firmar un acuerdo de asociación con Brasil para utilizar el Centro de Lanzamiento de Alcántara, la base espacial ubicada en el estado amazónico de Maranhao y a pocos kilómetros de la línea del Ecuador, según Jungmann.
"Recibí informaciones de que el centro de lanzamiento está en condiciones operacionales, es decir que, si surge alguna demanda, Alcántara puede lanzar cohetes en un plazo de una semana", afirmó el ministro en declaraciones que concedió a periodistas tras una visita al centro espacial.
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Jungmann describió la base de Alcántara como un importante activo de Brasil debido a que, por sus condiciones, ofrece grandes ventajas a cualquier interesado en colocar satélites en el espacio.
El uso de Alcántara interesa a las potencias espaciales debido a que, por su posición geográfica estratégica, a solo 2 grados al sur de la línea del Ecuador y más próxima a la órbita geoestacionaria, garantiza un ahorro de cerca del 30 % en el combustible usado para los lanzamientos.
"Este centro tiene los mejores equipos espaciales en el hemisferio sur. Brasil invirtió mucho aquí y tiene mucho a ganar con el relanzamiento de Alcántara", aseguró el ministro, quien relató que dos cohetes experimentales fueron lanzados el año pasado desde el centro espacial brasileño y para este año están previstos al menos cuatro lanzamientos.
Agregó que, teniendo en cuenta que el valor de lanzamiento de un satélite actualmente varía entre 30 y 120 millones de dólares, Brasil puede recaudar entre 1.200 y 1.500 millones de dólares con la cesión de su base espacial.
Jungmann ya había adelantado la semana pasada que el Gobierno inició gestiones para ofrecer a otros países la posibilidad de utilizar la base de Alcántara, entre las cuales la redacción de un proyecto de ley que será enviado al Congreso para definir las salvaguardas que serán ofrecidas a los interesados.
El ministro explicó que el uso de la base por otros países depende de una ley que establezca las salvaguardas al uso de tecnología extranjera en territorio nacional, es decir, las garantías para que nadie tenga acceso a la tecnología estratégica usada por el país lanzador.
Un proyecto de ley de salvaguardas que el Gobierno presentó a consideración del Congreso en 2001 fue bloqueado debido a que abría la base a lanzamientos exclusivamente a EE.UU. y les garantizaba a los estadounidenses una serie de salvaguardas que la oposición de la época calificó como entrega de la soberanía nacional.
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Posteriormente Brasil firmó un acuerdo para abrir la base de lanzamientos a Ucrania y lanzar satélites desde Alcántara utilizando cohetes ucranianos, un proyecto que, según Jungmann, fracasó y que le dejó al país pérdidas por cerca de 500 millones de dólares.
El ministro agregó que la base también podrá ser usada por empresas brasileñas y que ya le ofreció esa posibilidad al fabricante aeronáutico Embraer, que se adjudicó un contrato para desarrollar satélites geoestacionarios brasileños, el primero de los cuales será lanzado este año desde la base de Guayana Francesa.
"También voy a conversar con el BNDES (el banco de fomento brasileño) para acordar formas de incentivar el centro de lanzamiento", dijo.
Brasil por ahora no tiene planes para retomar su proyecto de desarrollar un cohete nacional que pueda ofrecer comercialmente como lanzador de satélites.
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El proyecto para la construcción de un Vehículo Lanzador de Satélites fue abandonado en 2015 por problemas financieros, pero ya había recibido una estocada mortal en 2003, cuando la explosión de un cohete construido en el país y que sería lanzado al día siguiente destruyó parte de la base y dejó 21 muertos.
EFE